Capítulo 48

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...Narra Eliot...

Gracias a que Fredrik no aparecía, pude pasar un poco más de tiempo con mi prometido, algo que de cierta forma dificultaba las cosas, ya que no me deseaba separar de él.

Nadie sabía dónde estaba el capitán, todos teníamos una idea de donde posiblemente se podría encontrar, por lo mismo, nadie se impacientaba por su ausencia.

Suponíamos que se encontraba en su casa y el trayecto hasta la zona de los barcos era un poco extensa, así que nos dedicamos a esperar hasta que mucho más tarde de lo que todos pensábamos, apareció.

Él se acercó a la playa en su caballo y al nada más verme, me pidió que lo regresara al pueblo como un favor. A mí me venía genial, la mayoría se acercó a la playa caminando, así que ahora tenía un caballo con el que regresar por los oscuros senderos hasta llegar al pueblo.

Fue difícil verlo partir, Leo desde el barco se despedía y no podía evitar llorar tras ver como el barco se alejaba hasta perderse de nuestras vistas.

Como estaba centrado en Leo, no me percaté de la ausencia de Joshua, traté de encontrarlo en la playa, sin embargo, no estaba y una vez llegué al pueblo, pregunté por él con tal de regresarle el caballo de su novio. Los que lo habían visto me dijeron que se había marchado hace poco hasta su casa, por ende, creí que era buena idea encaminarme hacía allí, olvidando que luego tendría que regresar.

Me percaté de esto a medio camino y ya no deseaba retroceder, así que logré llegar a su casa sintiendo mi cuerpo casi congelado.

Cuando toqué la puerta, su recibimiento se tardó, lo peor es que me reí a carcajadas tras verlo asustado por recibir una visita tan tarde y para variar, cuando su novio no estaba.

–Quédate a dormir– me dijo adentrándome por sus terrenos para llevar el caballo hasta el establo– ya mañana te vas– me proponía– si quieres...–añadía, dejándome ver que no deseaba quedarse solo.

–No te vi en la playa ¿no fuiste? –pregunté curioso.

–No, nos despedimos en el pueblo– me respondió.

–¿Se le quedó algo en su casa? Tardó muchísimo– comenté con inocencia, sin embargo, la sonrisa que se formó en los labios de Joshua me hizo comprender qué había pasado realmente– oh...–dije en un tono coqueto– ahora entiendo por qué el capitán estaba tan feliz.

–Creí que conseguiría que se quedara conmigo...–murmuró con cierta tristeza.

Yo le quité la montura al caballo y él se encargó de guardarlo en su respectivo sitio antes de encaminarnos a su casa donde nos sentamos cerca de la chimenea hablando sobre toda esta situación.

Ambos nos sentíamos tristes, aunque queríamos hacernos compañía mutuamente como un método de no morirnos de aburrimiento.

Por otro lado, es evidente que ahora debo dormir solo, aunque no me preocupa tener pesadillas, creo haber superado ese ámbito debido a que, de cierta forma, me he liberado de aquellas preocupaciones que me atormentaban, sin embargo, eso no quita el hecho de que duermo muchísimo mejor cuando mi prometido está conmigo.

–Lo extraño...–dijimos al mismo tiempo, acompañando nuestras palabras con un suspiro de aquellos melancólicos que nos hacían ver la vida en blanco y negro.

En fin, sólo serán un par de meses, sé que puedo resistir...

[........]

El pueblo se siente diferente ahora que la mayoría de hombres se han ido, dejando un diminuto porcentaje de hombres que no son guerreros. Creí que luego de la partida de Fredrik, todos los habitantes del pueblo seguirían con su vida como hasta ahora, sin embargo, al siguiente día desde la partida de todos, se presentaron varias mujeres fuera de mi casa acompañadas de ancianos queriendo que resolviera cierto problema que surgió con la partida del líder.

Ellos dijeron que, ahora como Fredrik no estaba, yo debía hacerme cargo de las responsabilidades que él tenía, con tal de que el antiguo sustituto que lo suplantaba en sus tiempos de ausencia, no tomara el liderazgo.

Yo no me sentía preparado para tomar el liderazgo que tenía Fredrik, sin embargo, debido a la insistencia de todos, tuve que acercarme al pueblo donde se reunieron con tal de designar al nuevo líder.

Allí dentro se encontraba quien hasta ahora lo suplantaba, creí que lo apropiado sería pedirle consejos o darle la responsabilidad de continuar con lo que hacía, pero las cosas no eran tan sencillas.

Cuando entré al gran comedor, él se encontraba sentado en el sitio de Fredrik con aires de superioridad, era como ver a un rey sentado en un trono que, en este caso, era prestado.

Yo sé que no soy uno de ellos, pero aquel sujeto me hablaba como si yo fuese un esclavo y con todos los que consideraba "débiles" era un gran imbécil.

Cuando me acerqué, queriendo decirle quien era, él en un tono despectivo me dijo "Tráeme vino" casi como si pudiera darme órdenes, de hecho, como no me moví, le gritó a otro pueblerino quien tampoco se movió, debido a que estaba esperando a que yo diera la orden.

Parecía que todos le tenían respeto, uno que había sido infundado con miedo y seguramente agresiones, por ello, comprendí la razón por la que todos querían que yo tomara el lugar de mi novio, aun cuando no me sentía preparado.

Eliot estaba conmigo, él me daba ánimos para que me enfrentara a dicho sujeto y a pesar de sentirme temeroso, le di a conocer mi posición dentro de aquel pueblo.

Aquel hombre me miró de pies a cabeza y con venenosas palabras dijo "Así que tú eres la perra que mencionó Asher" mientras en el proceso, se ponía de pies para marcar el hecho de que era más alto que yo.

–Fue el mismo Fredrik quien me nombró el líder– me informó– así que...

–Y fue él mismo quien me puso a cargo antes de irse– lo interrumpí, sacando la valentía que claramente no tenía.

Estaba asustado, era un sujeto mucho más grande que yo, tenía el triple de musculatura que cualquiera de nosotros en aquel sitio, sin embargo, a pesar de que por dentro estaba gritando del miedo por tentar mi suerte, decidí mantenerme firme y no hui, de paso porque Eliot me tenía sujeto del brazo y lo miraba de una forma desafiante.

–No fui informado sobre eso ¿cómo sé que no mientes? –me cuestionó.

–Entonces ve, búscalo y pregúntale– le respondió Eliot, manteniéndose en una postura agresiva.

Parecía que no le tenía miedo, a pesar de que era más grande que nosotros.

–¿Quién te crees que eres para hablarme así? –le preguntó acercándose peligrosamente.

–Me he autonombrado guardián de la novia de tu líder, así que o te vas, o...

–¿O qué? –lo desafió.

–Te enseño lo que aprendí en un barco rodeado de guerreros que se han ido para proteger a este pueblo– le respondió, dando un paso hacia adelante, sin dejar que aquel sujeto lo intimidara.

Yo estaba nervioso, pero fingía ser lo suficientemente valiente como para controlar la situación y decir "Basta", incluso me ayudé de los habitantes para remarcarle que ahora yo estaba a cargo y por lo mismo, se alejó prometiendo que estaría cerca.

Una vez se fue, le pregunté a Eliot de dónde sacó su valentía para desafiarlo, a lo que entre risas respondió "Sabía que nos detendrías" y agregó "Ni loco peleo con ese bastardo, está claro que moriría" haciéndome ver que, todo se pudo haber complicado si aquel sujeto hubiese actuado de una forma más agresiva.

Actualmente han pasado varias semanas, he aprendido muchísimo de los habitantes de este pueblo y creo que estoy haciendo las cosas bien, aunque aquel sujeto sigue siendo un dolor de huevos.

Lo mejor es ignorarlo, prefiero evitar toda clase de problemas con aquel sujeto y hacer las responsabilidades que hacía Fredrik, además gracias a esto he podido convivir con la gente y a pesar de que lo extraño, mi mente se mantiene entretenida en otras cosas.

No sé cuánto durará, Eliot y yo actualmente vivimos juntos como un método para no sentirnos solos, además es más divertido cuando estamos juntos, incluso aprovechamos de cocinar para mejorar sus habilidades.

El cocinero del capitánWhere stories live. Discover now