Capítulo 53

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Hoy es el día, debo reconocer que, a pesar de haberme sentido más relajado con respecto a conocer a sus padres, ahora mismo estoy completamente nervioso y...

No lo sé, simplemente surgió dentro de mi mente el horrible miedo de ser rechazado por su familia, incluso pienso en: ¿qué tal si no les agrado? ¿Qué tal si no me consideran suficiente para su hijo?

Estoy aterrado, puedo ver la casa de su familia a lo lejos, una que a simple vista parece ser grande y tienen enormes terrenos donde también vi diversos animales. En aquella finca, había otras cuatro casas más pequeñas al lado de la que Leo nombraba "La casa grande"

Por lo visto, la casa más grande les pertenecía a sus padres, mientras que las otras cuatro más pequeñas que estaban a los costados, eran de algunos de sus hermanos. Yo no sabía que tenía tantos, sin duda cuando me dijo de camino a la casa de sus padres que tiene 14 hermanos, me quedé boquiabierto.

¡¿15 hijos?! Sus padres tuvieron 15 hijos y se subdividen en 9 hombres y 6 mujeres, a eso debo añadir que 11 de sus hermanos tienen hijos. Dudo mucho que recuerde el nombre de todos ellos, pero haría el intento.

–¿Estás listo? –me preguntó Leo, ofreciéndome su mano, la cual debido a mis pensamientos dudé en aceptar– mi amor, estamos juntos en esto– me aseguraba con una sonrisa.

–Lo sé...–murmuré bajando la cabeza, aceptando su mano– es sólo que...

–No dejaré que nada malo te pase, lo prometo– añadió depositando un dulce beso en mi mano, logrando que mis mejillas se ruborizaran.

Antes de tocar la puerta, tomé aire con profundidad y traté de callar todas mis inseguridades mientras esperaba que alguien abriera la puerta.

–Por los Dioses– oí que decía una chica con emoción– ¡Leonel! –lo nombró, abalanzándose a sus brazos con emoción.

Aquel chillido de emoción fue una alarma para el resto que rápidamente salió y con la misma emoción, lo abrazaban dándole la bienvenida. Fue fácil saber quién era su madre, ya que era una señora entrando a la vejez, además tenía unas cuantas canas que sobresalían debido a su peinado.

A pesar de esto, se veía mucho más joven de lo que imaginé, además sus hermanos y hermanas, no parecían tener una diferencia extrema de edades, más bien, a lo mucho seguramente se llevan 1 o dos años por cada uno de ellos.

También, por lo visto, Leo está dentro del rango de "hermanos menores", lo que me hace sentir curiosidad.

–¿Quién es él? –preguntó su padre, mirándome atentamente.

–No es de aquí ¿verdad? –añadió su madre.

–¿Es un esclavo? –preguntó la chica que se le arrojó encima cuando llegamos.

–No– le respondió– es mi prometido– anunció e inmediatamente todos lo miraron con sorpresa, prácticamente sus ojos se salían de sus cuencas.

–¿Cómo que prometido? –se atrevió a decir la chica que se le lanzó encima– si bien recuerdo, no te gustaban los hombres.

–Sí, de hecho, creo recordar que sólo te acostabas con mujeres– añadió otra chica, de una edad similar a la anterior.

–Sí...–susurró llevándose la mano al cabello con nerviosismo– es... es una larga historia...–titubeó, poniéndose nervioso por la mirada de todos.

–Larga o no, quiero escucharla– le mencionó su padre, mientras en el proceso se acercaba y me ofrecía su mano para estrecharla, algo que hice con timidez– tiene manos suaves...–murmuró riendo, mientras yo no sabía si eso era algo bueno.

El cocinero del capitánWhere stories live. Discover now