Capítulo 51

338 46 5
                                    

Ya han pasado varias semanas en donde me he asegurado de cuidar apropiadamente a mi novio quien efectivamente es un terco, la única diferencia es que a pesar de que no deseaba obedecerme, aun así, lo hacía para evitar enfadarme.

Hoy le quitarían los puntos, su herida estaba muchísimo mejor y ya no era necesario que utilizara vendas ni tampoco debía tener un régimen específico, técnicamente ya puede seguir con su vida como anteriormente hacía.

–La cicatriz es posible que permanezca de por vida o se borre– le anunciaba el médico guardando sus cosas.

–Me veo más sexy con una cicatriz ¿verdad? –me preguntaba, queriendo molestarme.

–Más te vale que se borre– le dije haciéndolo reír, antes de mirar al doctor– muchas gracias por todo.

–Oh no, yo no he hecho nada, es usted quien lo ha cuidado todo este tiempo– me decía el doctor con una sonrisa– es muy afortunado de tenerlo– agregaba, mirando a Fredrik quien simplemente sonrió mientras en el proceso envolvía mi cintura.

El médico se fue poco después, por ello nos quedamos a solas en casa mientras parecía que Fredrik tenía un extraño fanatismo por enfadarme, ya que a lo largo de la tarde sólo se dedicaba a molestarme con tonterías.

Como era evidente que estaba jugando, decidí fingir que estaba lo suficientemente enojado como para no hablarle, pasé lo que quedaba de tarde en un completo silencio ignorándolo rotundamente, además cuando trataba de abrazarme o darme un beso, me alejaba.

Debo reconocer que era divertido molestarlo, ahora entiendo por qué él me molesta a mí. Claro que, no pensé que terminaría siendo parte de un viaje que harían Eliot y Leo.

Se supone que irán a otro pueblo, así que como estaba ignorando a mi novio, les pregunté si podía ir con ellos, a lo que obviamente no tuvieron problema.

Lo positivo es que Fredrik también irá, serán como unas vacaciones que nos obligan a quedarnos a la intemperie durante unas noches. Como era de esperarse, tendríamos que llevar varias cosas para el camino, lo que nos llevó a preparar dos carretas.

Estas tenían un "techo" de una manta gruesa que nos cubriría del frío por la noche, aunque obviamente también llevamos cobijas y un gran colchón de paja donde nos haría estar más cómodos.

Yo cuando acepté este viaje, no creí que sería tan divertido, el viaje sería largo y había hermosos sitios donde hacíamos pausas para disfrutar del lugar, ahora mismo, por ejemplo, llegamos a un gran río donde decidimos parar para descansar.

Los árboles de nuestro alrededor nos daban sombra y como soltamos a los caballos, ellos podían comer mientras nosotros preparábamos nuestra comida.

–Quiero tirarme al agua– me avisó Fredrik, rodeando sus brazos alrededor de mi cuerpo.

–Pero estoy...– logré decir, antes de que me tomara en sus brazos y me llevara directo hacia el agua, donde me obligó a lanzarme con ropa.

Él se había quitado la camisa, por lo que su pecho estaba descubierto y se mantenía descalzo, mientras que yo no conseguí ese privilegio.

–¡Fredrik! –me quejé, escuchando como nuestros amigos reían a nuestras espaldas.

–Te amo...–susurró acercándose a mis labios, pero con una gran sonrisa lo hundí en el agua olvidándome completamente de mí "enfado".

Como era un buen sitio, decidimos quedarnos allí más tiempo de lo que teníamos planeado, además hacía calor y debido a la profundidad del río, todos nos terminamos metiendo al agua y jugamos un poco.

El cocinero del capitánWhere stories live. Discover now