Capítulo 58

292 41 14
                                    

Es curioso pensar que todas mis acciones se sienten como algo que no es controlado por mí, es como si alguien más controlara mi cuerpo para obligarme a recoger mis cosas mientras constantes suspiros de cansancio escapan de mis labios.

No quiero irme, el sólo hecho de pensar que esto es el fin me hace sentir triste y hasta derrotado, ni siquiera luché por él, simplemente opté por el camino más fácil que mi cabeza maduramente me aseguraba que sería lo mejor.

Sé que es triste, perderlo no es algo fácil para mí, trato de ser fuerte, fingir incluso que puedo llegar a superarlo con el paso de los días, sin embargo, olvidar a alguien es complicado, sobre todo cuando se trata de una persona que quieres.

Me siento devastado, quiero llorar todo el tiempo, sé perfectamente que él no ha muerto y que puedo acercarme cuando lo desee, pero le lloro como si lo estuviera. Puede que, si hubiese luchado por él un poco más nada de esto estaría pasando, es muy probable que en realidad estaría a su lado fingiendo que no me enfada verlo al lado de aquel sujeto.

Decidí terminarlo justamente por eso, rogarle a alguien que se quede a mi lado no es sano, mucho menos si ese alguien no parece preocuparse por nuestra relación, además dejó bastante claro que era su casa y sí, es verdad, por lo mismo, no tengo interés en vivir con él.

Fredrik solía decir que lo suyo era mío, me entregaba todo sin cuestionar nada, por ello, oír como olvidaba algo que al inicio creía, me hacía ver que en realidad, aquel Fredrik que conocí en un inicio no es el mismo de ahora.

Es posible que aquel sujeto le guste, quizás puede que sólo tenga curiosidad, por ello, no puedo permitir que estando conmigo desee satisfacer su curiosidad. Sé que en su cultura el tener dos o más esposas es normal, mientras que en la mía no es algo que yo desee tolerar.

Puedo sonar egoísta, pero compartir a la persona que amo con un tercero no es parte de mi plan, a no ser que sea un familiar o un amigo, algo como eso es normal, todo el mundo comparte el amor, sin embargo, depende de las parejas especificar la clase de romance que desean, diferenciando los amores que sienten.

Cuando me acomodé en la casa de Ezequiel me sentía extraño, quería llorar, de eso no hay dura, sólo que al mismo tiempo me sentía más tranquilo por el hecho de quedarme a solas con mis pensamientos.

Obviamente su amado nos acompaña y es divertido como trata de ocultar su relación, ya que su amado sirviente no sabe que yo ya sé lo que tienen.

Hace algunas semanas Ezequiel confesó que deseaba casarse con Elián, por ello pregunté la razón por la que no lo hacían, ya que su esposa no tenía inconveniente con respecto a ello, sin embargo, Ezequiel dijo que un matrimonio como aquel no sería aceptado por ninguno de los ayudantes de su liderazgo.

"Es mi sirviente, ellos no me dejarán decírselo al mundo si me llego a casar con él, más bien lo harán pasar por una situación secreta y lo nuestro no cambiará nada" —me dijo con tristeza.

Era evidente que lo amaba, Ezequiel demuestra una actitud más fría con cualquier desconocido que no le genere confianza, por ello, aparenta ser un hombre engreído y cruel, pero en realidad es encantador y me gusta ser su amigo.

Gracias a esto le propuse un plan para ayudarme a olvidar las tristezas de mi corazón, además sería divertido generar el rumor de que me casaré.

Esto tiene un propósito, le haremos creer a todos aquellos ayudantes y familiares que se casará conmigo para hacerles firmar un tratado que los hace estar de acuerdo con el compromiso, es algo que suelen hacer todos los que desean casarse dos o más veces, por ello, simularemos que yo seré Elián.

Al principio carcajeó por mi plan, pero tras hablarle sobre los detalles, sabía que era una buena idea justamente porque, hablando políticamente, yo era una excelente opción justamente porque estuve con Fredrik y conseguí ganarme el cariño de su gente.

El cocinero del capitánOù les histoires vivent. Découvrez maintenant