Capítulo 41

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Ha pasado un tiempo desde que comenzamos a vivir en este lugar, algo que me hace sentir por primera vez parte de algo y me gusta la nueva vida que estoy llevando, a pesar de que mi problema sigue siendo el mismo.

Lo he estado ignorando para evitar complicaciones con Fredrik, pero su amigo Asher es un sujeto que logra sacarme de quicio en ocasiones, para variar, sólo es irritante cuando Fredrik no está cerca, por lo que sé que sí trato de hablar sobre esto con mi amado no me creerá justamente porque su amigo es un hipócrita.

Ahora que ha llegado el invierno, no lo vemos seguido, algo que agradezco, de hecho, si fuera por mí no lo vería nunca más, ni siquiera deseo verlo a lo lejos, justamente porque él me considera un aprovechado que en realidad sólo está con su amigo por conveniencia.

He tratado de hacerle ver que eso no es verdad, que Fredrik sea o no el líder del pueblo no altera lo que siento por él, pero obviamente no me cree y ya no sé qué hacer para que me crea.

Yo adoro a Fredrik, me encanta pasar tiempo con él y consentirlo como si fuésemos una pareja de recién casados, algo que sé perfectamente que no ocurrirá, él no tiene interés en casarse y yo deseo respetar su decisión.

¿Quiero casarme? Sí, tengo enormes ganas de casarme con él, pero no deseo presionarlo ni nada por el estilo, a mí me importa más que nada estar junto a él y evidentemente, el no estar casados no cambia el hecho de que puedo consentirlo y tratarlo como si lo estuviésemos.

Él siempre está ocupado durante el día, ahora mucho más que cuando estábamos en el barco, por ello trato de darle su espacio y no agobiarlo con mis tonterías, sin embargo, una vez llega a casa me aseguro de esperarlo en la entrada de la casa para abrazarlo y besarlo como bienvenida.

Fredrik cuando habla sobre mí con otras personas suele decir que soy prácticamente su "esposa" y que le encanta tenerme a su lado. Como es de esperarse, el término "esposo" sólo puede usarlo uno de nosotros, ya que de esta forma nos diferencian a pesar de que ambos somos hombres.

Esto lo comprendí tras todos llamarme "la novia del líder" y sinceramente, ya me acostumbré a que me traten de ese modo. La mayoría es muy amable, me encanta este sitio justamente porque me tratan como si fuese un rey y adoro pasar tiempo con la gente cuando Fredrik no está.

Al principio cuando llegué, pensé que me aburriría sin él, yo creía que no tendría ninguna responsabilidad que me hiciera olvidar su existencia, sin embargo, todo el día estoy rodeado de gente y en ocasiones, cuando creo que estaré solo, aparece Eliot y cocinamos pasando una divertida tarde.

Me encanta esta vida, por fin puedo decir que tengo un hogar y lo mejor es que los habitantes de este pueblo me consideran parte de este sitio.

Hoy como hay una tormenta de nieve, las chicas que me ayudan con los temas de la casa no han venido, aunque Leo y Eliot aparecieron en mi casa ayudándome a entretener un poco mi tarde, ya que mi amado tuvo que salir a revisar algo importante.

Él dijo que no tardaría en llegar, pero igualmente me estaba aburriendo tras pasar tanto tiempo solo en esta enorme casa.

Como era medianamente tarde, Eliot y yo estábamos haciendo un postre para merendar, esto ya lo habíamos hecho antes, así que le dejaba hacerlo prácticamente solo mientras yo preparaba pan.

Una vez estuvo listo y sacamos el postre junto al pan del horno de ladrillo, lo dejamos enfriar cerca de la ventana que estaba un poco abierta y gracias a la nieve del exterior, se estaba enfriando bastante rápido.

—¿Quieren café de trigo...? —pregunté mientras poco a poco mi voz se silenciaba, ya que mis ojos miraban a través de la ventana, notando como mi amado estaba llegando y obviamente una sonrisa se formó en mis labios— un segundo— dije antes de prácticamente correr hacia la puerta en donde esperé a que la abriera para abalanzarme sobre él.

El cocinero del capitánWhere stories live. Discover now