Capítulo 50

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Llevaba sólo unos minutos de regreso, pero sin duda las cosas se complicaron muchísimo y a pesar de que no nos llevemos bien, me alegra que Asher haya aparecido en casa en la compañía del médico que atendió la herida de Fredrik.

Sin duda, fue de gran ayuda saber que ahora su herida ha sido tratada de una mejor forma, aunque el médico me pidió expresamente que lo dejara descansar, incluso me dio una serie de recomendaciones para atenderlo en los siguientes días.

No logré dormir nada en toda la noche, me preocupaba que su situación empeorara y como había más heridos, el médico se marchó dejándome a cargo de Fredrik, a quien para variar le dio fiebre y...

Fue un caos, su cuerpo sudaba, durante la madrugada no sabía qué hacer, estaba al borde de la locura debido a que mi amado se retorcía del dolor y yo no podía hacer prácticamente nada para ayudarlo.

Debido a la fiebre, él temblaba constantemente mientras al mismo tiempo el sudor de su cuerpo empapaba su vestimenta. Tuve que cambiarle de ropa y pasar trapos húmedos por su cuerpo dos veces, aunque por la mañana, parecía que por fin todo se había estabilizado.

Seguía teniendo fiebre, pero al momento en el que toqué su frente podía sentir cómo había disminuido muchísimo, algo que consiguió relajarme y para mi suerte, Eliot junto a Leo hicieron aparición dándome apoyo.

Valoraba muchísimo el hecho de que estuvieran conmigo, justamente porque pude descansar en una de las habitaciones continuas mientras ellos se encargaban de cuidar a Fredrik.

Al principio no quería dormir, me preocupaba que Fredrik empeorase, pero ellos lograron convencerme diciéndome que, si en la noche se repetía la situación, yo no sería capaz de cuidarlo y en efecto era verdad, Fredrik ahora mismo no necesitaba que yo lo cuidara mientras estaba cansado, sería incluso perjudicial.

No dormí mucho, aunque dormí lo suficiente como para cambiar sus vendas y poner una pomada especial que el médico me había dado. Él dijo que aquella pomada ayudaría a que la herida cicatrizara más rápido, por lo mismo, me aseguraba de ponerla en su herida cada cierto tiempo, según las instrucciones que recibí.

A decir verdad, sentía que Fredrik estaba perdiendo demasiada sangre, estaba muy asustado, pasaron tres días y durante esas noches, la temperatura de su cuerpo aumentaba haciéndome sentir que nada de mis esfuerzos tenían fruto, sobre todo porque no despertaba.

Me sentía aterrado por la idea de perderlo, además me sentía culpable, nosotros lo hicimos antes de que todo esto ocurriera y no lo vi al nada más llegar, pero parecía estar bien, al menos hasta que lo hicimos con más velocidad y dureza.

Lo bueno es que despertó al cuarto día, aunque me aseguró que su cuerpo se sentía débil y pesado, por ello, con mucha dificultad lo ayudé a llegar al baño mientras Eliot se encargaba de prepararle algo de comer.

Leo me ayudaba a moverlo con mayor facilidad, ambos sosteníamos su cuerpo, aunque era yo quien lo acompañaba en todo momento y debido a su insistencia, lo ayudé a bañarse mientras que me prometía que, debido al calor del agua, su cuerpo se sentía más relajado.

No sabía si debía creerle, pero era mejor tener su cuerpo limpio para que la herida no se infectara. Por otro lado, una vez lo ayudé a vestirse con prendas más sueltas, Leo me ayudó a regresarlo a la cama donde anteriormente él se había encargado de cambiar las sábanas y poco después apareció Eliot con su comida.

Era una sopa de verduras, además para beber tenía un agua medicinal que el médico me había dicho que preparara para calmar su dolor.

–¿No hay vino? –preguntó viendo el contenido de su copa.

–Ja... Ja...–dije mirándolo con enfado, mientras él soltaba una risita–más te vale tomarte todo.

–Amor, estoy bien– me aseguraba.

–Yo no te veo bien– dije mirándolo con enfado– ¿ustedes lo ven bien? –les pregunté a nuestros amigos, pero mi tono de voz sonó muy amenazante, por ello, ambos negaron un poco intimidados.

–No te enfades...–me pedía tratando de ser tierno para convencerme.

–¿Cuánto tiempo llevas con esa herida? –le pregunté.

–Unas... ¿Dos semanas? –le preguntó a Leo.

–Sí, dos semanas, pero...–confirmó, bajando la cabeza– lo siento, pero debo decirlo– le decía, tomando aire antes de mirarme– tu novio es muy terco, queríamos que se quedara en cama, pero no nos escuchaba– me informó, por ello lo miré con mayor enfado.

–Traidor– le dijo bajando la cabeza, debido a que mis ojos lo miraban de una forma fija.

–Mi lealtad es 100% de Joshua, es chiquito, pero me da más miedo– le aseguraba riendo, algo que también hizo reír a Fredrik, aunque rápidamente guardó silencio para ahogar un quejido.

–¿Y cómo te la hiciste? –preguntó Eliot.

–No tiene importancia...–susurró Fredrik, por ende, ambos miramos a Leo quien debido a nuestra fulminante mirada, se puso nervioso y terminó contándonos luego de ser amenazado.

Resulta que, durante la batalla no recibió heridas graves, algo que no me sorprendía debido a su habilidad con la espada, sin embargo, rescató a un esclavo y hubo un problema en el barco, ya que dicho esclavo desafió a quien no debía y por lo mismo, lo amenazaron con atravesarlo con una espada, pero mi novio no vio nada mejor que detener el ataque con su cuerpo.

Cuando escuché la historia, él mantenía la mirada fija en su plato, sus ojos no me miraban a pesar de que los míos lo fulminaban sintiéndome aún más enfadado. Sé que su acción fue buena, pero ante mis ojos, su vida vale muchísimo más que la de ese esclavo que para variar, según lo que me dijo Leo, está detrás de mi novio.

–Más te vale no empeorar, porque te juro que mataré al esclavo– le advertí, a lo que Fredrik asintió con temor.

No me sentía celoso ni nada parecido, sólo estaba preocupado y asustado por sus acciones, sé que no lo hacía de forma egoísta, sé que lo hizo porque seguramente pensaba que era lo correcto, sin embargo, poner en riesgo su vida me resultaba muy estúpido.

Yo no deseo verlo en esta situación, por lo mismo, mi enfado en realidad era una mezcla de preocupación y miedo. Es obvio que no quiero perderlo, lo amo demasiado como para sacarlo de mi vida, aún más cuando es por una tontería que no debió ocurrir, al menos no de esta forma.

El cocinero del capitánWhere stories live. Discover now