En un ámbito monetario eso les convenía y por eso mismo comenzamos a esparcir el rumor de que nos casaremos.

Elián era el único que no sabía que lo haríamos, lo manteníamos en secreto para preparar las cosas para la boda que organizábamos para dentro de un mes. Mis amigos decidieron retrasar su boda para hacerme cambiar de opinión, ellos no sabían que todo era un plan, así que me imploraban que no me casara por despecho.

Obviamente esto tenía dos intenciones, por un lado, ayudar a Ezequiel, mientras que, por otro, intentar poner celoso a Fredrik, casi como una forma de decirle que, al igual que él, puedo rehacer mi vida como se me apetece.

Gracias a esto, he pasado todos los días asistiendo a cenas y fingiendo ser pareja de Ezequiel, aunque en realidad no confirmamos que se casará conmigo, es la gente quien lo cree.

—Mañana debes pedírselo— le aseguré a Ezequiel mientras caminábamos por el pueblo, buscando comprar un ramo de rosas para Elián.

—¿Y si me dice que no? —me preguntó con nerviosismo, dejándose tomar del brazo.

—Nos casamos— respondí riendo.

—Suena bien, aunque me tendrás que dar una hija a la que llamaremos Lucero— comentó bromeando.

—No me gustan los niños, pero contigo tendría un par— le coqueteé, bromeando, algo que me resulta divertido de hacer.

—¿Joshua? —oí mi nombre, por ello de forma instintiva busqué al dueño de aquella voz, fingiendo ser fuerte tras verlo.

—Fredrik— dije como respuesta, manteniendo mi cercanía con Ezequiel, quien, para variar, rodeó mi cintura con su brazo para demostrar que somos cercanos.

—Así que es verdad— comentó viéndonos— te casarás con él.

Ezequiel y yo nos miramos mientras la sonrisa de nuestros labios se expandía demostrando complicidad, ya que era evidente que parecía enfadado por la idea.

—¿Celoso? —le preguntó Ezequiel.

—No estoy hablando contigo— le dijo, desafiándolo con la mirada.

—Es posible— le dije viéndolo a los ojos.

—¿Tan rápido? —preguntó atónito.

—¿Qué importa? —le respondí con una pregunta, fingiendo que no me importaba cambiarlo por otra persona.

—Por lo que sé, estando con Joshua elegías a otro— comentó Ezequiel— así que no te involucres ahora que lo has perdido.

—Eso no...

—Mi amor, vámonos— me nombró Ezequiel, interrumpiéndolo, divirtiéndose por la situación, Parece que le encanta molestarlo.

—Sí, vamos— dije, retomando nuestro camino a medida que sentía su mirada clavada en mi espalda.

...Narra Fredrik...

Lo perdí, en lo único que puedo pensar es que perdí al único ser que deseaba retener entre mis brazos para siempre y ahora me molesta ver como Ezequiel envuelve aquella cintura que antes mis manos sostenían o rodeaban.

No puedo expresar con palabras cuan enamorado estoy de Joshua, sé que puedo sonar como un estúpido que eligió a alguien más y que ahora egoístamente desea recuperar aquello que perdió, pero yo jamás pensé en perderlo, si bien quería ayudar a ese chico, no significaba que deseaba acostarme con él.

Ni siquiera me interesa sentimentalmente hablando, no me resulta atractivo, no tiene aquel encanto que caracteriza a Joshua, es como si le faltara aquella chispa que enamora a todo el mundo.

El cocinero del capitánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora