♡ : XLIX - SIN RUMBO

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Había corrido de casa sin rumbo y solo me detengo cuando casi tropiezo y el respirar se sentía como si quemara mis pulmones. Sosteniendo mi cuerpo en mis rodillas cuando me flexiono abajo sujetándome, me quedo mirando el pavimento con mis ojos vidriosos. Me negaba a llorar, no quería llorar nuevamente.

Pero miserablemente veía las gotas caer una por una por mi rostro hasta terminar su recorrido en el suelo, y en plena noche, en un silencio tan intenso me encontraba asustado de mis propios pensamientos y locuras que nunca había creído serían mías y estaba siendo atacado por ellas sin piedad.

Lo más desolador de ello, es que estaba completamente solo y no podía escapar de ellas hasta hacerme detener y darme cuenta que en verdad los problemas me habían superado. Yo no estaba viendo otra salida más que sólo una, y era acabar con mi vida.

Tengo miedo... no quiero eso...

Cerrando mis ojos, vuelvo a enderezar mi cuerpo mientras limpiaba mi rostro con mi antebrazo, pero era inútil mis lágrimas salían de todos modos. Apretando mis dientes frustrado por no poder poner en orden mis emociones y ser un caos. Comienzo a mirar hacia todos lados para saber dónde me encontraba.

Incomunicado, perdido y fatigado, ordeno a mis pies a seguir caminando y no quedarme varado en medio de la calle, sentía el sudor frío recorrer mi cuerpo al verme en esta situación tan patética. Podía percibir que ya era bastante tarde ante la oscuridad que seguía extendiéndose sobre mi cabeza, la soledad de la calle también era un indicador que todos debían estar durmiendo y no deambulando por la calle con el alma en el piso.

A este punto de mi vida ya no sabía qué hacer y tampoco tenía idea del curso que se estaba manejando mi vida. Había tenido una leve esperanza que si nos hubiéramos sincerado, habría entendimiento entre nosotros y aunque sé que nada sería fácil, al menos seríamos honestos y trataríamos de sobrellevarlo y salir adelante.

Pero ingenuamente volví a ser el mismo Jeongin. Un tonto que creía que todo se solucionaría y que mis padres tendrían un poco de compasión por mí, que si realmente me amaban, podrían entenderme... ahora estaba más herido que nunca.

Las personas que me dieron la vida, estaban siendo los responsables de quitármela.

Abatido por esa conclusión, sigo caminando esperando llegar a un punto, sólo avanzaba escuchando ladridos de perros, sirenas a la lejanía o a veces motores de autos. Todo se escuchaba lejano, menos el recuerdo agridulce de la tarde que sentía que sería lo único que me mantenía sujeto a la vida.

Hyunjin me esperaba, él dijo que lo haría y seríamos felices si pasábamos esta tormenta, pero nuevamente mi sonrisa triste y destrozada se mostraba en mi rostro. No sabía si eso llegaría a pasar, realmente estaba rezando que eso fuera a pasar.

Y así ,mirando un punto muerto del asfalto bajo mis pies, volví a llorar mientras me abrazaba. Tenía miedo de volver a casa y a la vez de seguir estando fuera de ella. Ni siquiera huir podía hacerlo bien y eso era una lástima.

No hacía nada bien, era un tonto que no hacía más que llorar y rendirse. Y aunque me seguía recriminando, realmente me encontré sin saber dónde ir. No tenía un lugar donde llegar y tampoco podía seguir llevando mis problemas a las personas que quería cuidarlas de ellas.

¿Alguien podría al menos brindarle la entrada a un chico con una bomba por explotar? De seguro nadie lo querría y eso es lo que era ahora, una bomba por explotar.

Y entre más caminaba, sólo me detengo unos pocos metros cuando me doy cuenta donde me encontraba.

— De verdad... eres una horrible persona. — me digo a mí mismo.

Judas ❁ HyunInWhere stories live. Discover now