♡ : XII - TENSIÓN Y MÁS TENSIÓN

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—¿No te encontró la policía? — pregunto caminando de mala gana.

—No. Estaba en el almacén, pero por algo que me dice mi intuición, no le dijiste a la policía sobre mi escondite, manzanita.

—No vuelvas a provocar a mis padres. — ignoro sus palabras y Hyunjin a mi lado, se detiene y toma mis hombros volteándome.

Lo miro curioso, pero me sorprendo cuando comienza a arreglar mi corbata como mi madre suele hacerlo cada mañana, aunque esto es diferente. Muy diferente.

Su cercanía me perturba y no es de una muy buena manera, tenía que desviar mi mirada a su nuevo piercing de su oreja, que claro que eso estaba prohibido en los reglamentos internos de la escuela. Pero que no pude negar pensar que le quedaba bien aquel arete plateado y fue así que me entretuve para no mirar sus labios, por alguna razón estaban húmedos y por inercia, remojo los míos notando de reojo ver una media sonrisa aparecer mientras con lentitud, comienza a hacer el nudo de la corbata de nuevo cuando no le salió a la primera.

—¿Por qué? ¿Me enviarán al infierno tus padres si los provoco?

Tengo que tomarme un poco de tiempo para recobrar la conversación. Casi quedaba en blanco y sería un hazmerreír.

—No comiences con esas bromas. — le quito las manos para hacer el nudo yo mismo.

—¿Por qué? Yo creo en el infierno. — lo miro y Hyunjin parecía serio respecto al tema. —A veces estoy como en un infierno todos los días y no me lamento. No encuentro de qué lamentarme.

Se supone que cuando comienzas mal el día, debes terminarlo bien. Pero no fue el caso y no pensé que terminaría estando con Hyunjin. Pero como era de esperarse, él aparecerá siempre en mi camino.

El lunes había comenzado bastante ajetreado y todo salía mal. Mi madre aún seguía molesta porque los oficiales no habían encontrado al azabache anoche. Ella los llamó unos incompetentes cuando los oficiales mismos dijeron que debíamos ignorarlo y eso a mi madre, fue como si tomaran el agua bendita y regaran las flores. ¡Atroz!

Al final, el día lunes aún siguió con sus quejas mientras plisaba mi camisa tantas veces como ajustaba mi corbata, como si con ello plisara con sus manos al hijo perfecto que quería mostrar fuera de esta casa. Dentro de mí sólo quería quitar sus manos de encima y decirle que ya parara, sentía como la corbata me comenzaba a asfixiar y sus palabras que, como un guion bastante ensayado y repetido, comenzaba a ser molesto. "Debes verte impecable" 'Se un buen Yang en la escuela' "De todos los jóvenes de aquí eres el único perfecto y debes seguir siéndolo"

Tampoco en la escuela me salvaba, había encontrado un papel pegado en mi casillero con la palabra "virgen" y un pésimo dibujo cómo de esos que hace un niño de 4 años; el dibujo trataba de un hombre rezando — supuse que era yo—, pero estaba haciendo una obscenidad. No debía entrar en detalle para su imaginación.

Seungmin también parecía tener un pésimo día cuando me lo encuentro, aunque tampoco recordaba nada de anoche y aquello me había sentado bien por el momento ya que no quería tener más drama. Si él tan sólo supiera que compartió asiento con Jisung, Minho y Félix hubiera explotado su cabeza y no creo que hubiera podido estar en calma.

Pero dejando de lado esa horrible fiesta, no entendía por qué ahora aquel grupito de Minho parecían dispuestos a molestarme.

Tengo entendido que no le agrado a todos por mi familia. Soy conocedor de ello, pero ¿por qué hoy estaban siendo no tan discretos cuando pasaban por mi lado empujándome?

Y aunque creí que eso sería lo peor, estaba equivocado.

Lo peor fue cuando nos retiramos de la escuela, de los últimos junto a Seungmin, nos despedimos del profesor tomando nota de todo lo que dijo, a diferencia de nuestros compañeros que escucharon la campana y pegaron carrera para irse.

Judas ❁ HyunInWhere stories live. Discover now