♡ : II - ¿QUIÉN ES REALMENTE?

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El día sábado había llegado rápidamente, es extraño que incluso mi amigo me mirara como si algo me hubiera ocurrido. Son las cinco de la tarde y estoy haciendo mis deberes de la escuela. Anoche me había dormido, soñando cosas que no recuerdo pero que me dejaron un estado de inquietud cuando desperté. Apurado en terminar para ir a la parroquia, escribo la última estrofa y cierro el cuaderno llamando la atención de Seungmin que me mira esperanzado.

—¿Vamos? — pregunta y asiento con mi cabeza.

—Vamos Seungmin.

Camino tomando mi guitarra y con él salimos de mi habitación, mi madre se encontraba en el salón junto a unas vecinas, Seungmin se queda un poco más atrás cuando olvida su teléfono, y sabiendo que no es bueno espiar conversaciones, cuando sé de quién están hablando la curiosidad gana y pego mi espalda en la pared escuchando a mi madre exclamar e incluso exagerar.

—Ese chico dijo que me robaría el automóvil, ¿te lo puedes creer? Ese maldito mocoso, debía estar en la correccional. — muerdo mi labio, las palabras del pelinegro podían tomarse con ese significado, pero jamás dijo que le robaría el auto. —Ya es un colmo tener que verlo merodeando...

Espera...¿Lo estaba defendiendo?

—Ya se salvó una vez... Ese chico no tiene remedio. — abro mis ojos mirando la dirección de las mujeres pero manteniendo mi escondite. ¿eso es verdad?

—Que terrible y que hablar de su madre. Debería tener vergüenza, ser solterona y tener un hijo como él. — escucho las risas desagradables y un nudo se forma en mi estómago. —Nadie sabe quién es el padre... puede ser un ebrio o incluso un drogadicto.

—Quizás de la vergüenza no se presentará como el padre. — dicen con total burla generándome un malestar.

—¿Qué haces aquí? — miro a Seungmin y le cubro la boca antes que nos pillen. Él abre sus ojos mirándome y como él, también estaba asueto. Mirando al costado donde las voces se callaron, muerdo mis labios con temor.

—Cállate.

Seungmin me mira y con obviedad señala mi mano en su boca. Claramente no dirá nada con ella encima. Suspiro retirándola y vuelvo a ponerme recto por si siguen hablando.

—Ese chico nació del pecado, no se espera más de él.

—¿Esperabas algo acaso?

—Nada, ya nada. — mi madre habla y escucho el sonido de la losa, deben estar tomando té. Seungmin frunce su ceño, supongo que no sabe de quién están hablando.

—Vámonos.— tomó su muñeca y finalmente hacemos acto de presencia.

Colocando una sonrisa en mi rostro cuando las miradas de todas las mujeres y de mi madre se posaron en nosotros. Seungmin también sonríe, aunque la de él parece sincera y no tan robótica como la mía. Me sentía algo mal por todo lo que había oído.

—Iré a la parroquia madre.

—Oh, bien... Se cuidan ambos.

—Hasta luego señoras. — doy una reverencia y Seungmin también siguiendo el camino recto hacia la puerta. Escuchando como aquellas mujeres me hacen cumplidos, o más bien lo cumplidos a mi madre por ser un hijo perfecto trato de huir lo más rápido de ahí.

—¿Por qué espiabas? — la pregunta no demora en salir de la boca de Seungmin cuando salimos de casa.

—No espiaba. — desbloqueo el auto para subir y Seungmin se queda de pie mirándome incrédulo y apoyando su brazo en el capó de este mismo —No lo hacía, te estaba esperando a que bajaras.

Judas ❁ HyunInDove le storie prendono vita. Scoprilo ora