Después de todo lo que ha pasado en su vida y todo el daño que le causaron. Kira está en su peor momento, ansiando el poder volver a los brazos de su mafioso favorito.
Pero, grandes problemas vienen. La historia se reescribe y los rostros conocidos...
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Rumanía, Craiova.
Lucio.
Izan caminaba por la estancia mientras hablaba.
Kira estaba rígida entre mis brazos, y los demás bueno, podían reestructurar la definición de estatua.
-Entonces... déjenme pensar esto. -Giovanni fue el primero en hablar. Seguía con mi saco sobre sus hombros. -¿Me han manipulado los recuerdos? ¿ Cómo demonios es eso posible? Y no sólo eso, si no que también, ahora resulta que tenemos a un... ¿Dios? Esperen, esto es absurdo. ¿ porqué infiernos tienes a un "dios" detrás de ti, de todos modos? -el gesto de las comillas con sus dedos me hizo chistar. Giovanni parecía a punto de perder los estribos.
Alexander no dejaba de mirar a Kira, no había hablado, fue Izan quien explicó más o menos los hechos.
-¿No vas a hablar? -el tono seco de Kira solo hizo que Alexander ladeara su cabeza y entrecerrara sus ojos.
No podía determinar bien como iba a responder.
-Preferiría hablar contigo a solas.
-Pues, yo no. ¿Con quién estoy hablando de todos modos?
El tono de su voz no era amigable, no tenía ese timbre cálido de siempre. Era gélido, resentido y hasta iracundo.
Alexander cerró sus ojos por un segundo antes de volver abrirlos y centrarse solo en mi mujer.
Comencé a realizar círculos con mis dedos alrededor del brazo de Kira, en un intento de mantenerla en el presente y tranquila.
-Muy bien, Moy Solnts. -un siseo bajo retumbó en Kira. - Nací bajo el ceno de una familia en extremo religiosa. En aquel entonces, las creencias eran diferentes, si bien, nacer con un don era algo bienvenido. En mi caso, dejó de serlo cuando mi don solo sabía dar predicciones de lo trágico. No era útil para saber resultados positivos, solo sabía decirte cuando ibas a morir, cuando iba a haber una catástrofe y decadencia. El pensamiento de vivir en la ignorancia de aquel entonces no es muy diferente del de ahora. ¿Quién en su sano juicio quiere saber cuándo y cómo va a morir? No es como si todas las respuestas fueran tranquilizadoras. Hay muertes trágicas y dolorosas. Desgarradoras y perturbadoras en algunos casos. Pero, siguiendo el hilo, dejé de ser útil cuando las respuestas dejaron de agradarles. Mis padres estaban orgullosos de que mi gemela no tuviera un don por el cual fueran señalados con el dedo, repudiados. Porque en su misma estupidez, la sociedad, creían que si se acercaban a nuestra familia, los finales oscuros no los alcanzarían.
>> En fin, mi familia para volver a su tranquilidad, decidieron que la mejor opción era deshacerse de aquello que traía la desgracia a nuestra casa. Pronto me vi comiendo de la basura y sobreviviendo a las frías noches de la zona que hoy pertenece a Kirishi. - hizo un gesto con la mano a nadie en particular antes de seguir, la sala estaba sumida en silencio. -No voy a contarles lo que he vivido en esas calles, pero supongo que la existencia de Azai pudo darles una pista. En cuanto a lo demás, bueno, Izan ya les contó cómo me conoció. Ahora, centrándonos en lo actual, una vez que pude controlar mis visiones y mis poderes, pude ver más allá de lo que lo hacía en un principio.
