CAPÍTULO XIV

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Rumania, Craiova

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Rumania, Craiova.
Izan.

El golpe seco me distrajo de mi lectura, era bien entrada la madrugada, a esta hora nadie estaba sobre sus pies. Cerrando mi libro me levanté del sillón y, lentamente,  me encaminé a mi habitación al otro lado de las puertas dobles de roble. El cuerpo lastimado, magullado y sangrante de Alexander fue lo que encontré.

Me acerqué, lo levanté del suelo y lo recosté en mi cama. Podía ver el dolor grabado en su rostro. Sus jadeos y lamentos me tomaron por sorpresa.

—¿Qué demonios, hijo? ¿Qué te ha pasado? —pregunté aún en mí estupor. Toqué su ropa llena de sangre. Tomó mi mano y la sostuvo con fuerza.

—Chronos…—susurró. Parpadeé confundido. ¿Chronos? ¿Porqué el pájaro de Kira lo lastimaría? Guie mi mirada a su torso, las heridas, no sanaban. —Saturno…

Me congelé, ¿Acababa de decir Saturno? ¿El dios del tiempo? Mierda, eso significaba que todo  estaba iniciando.

—Shh… tranquilo, lo solucionaremos. —mentí. Él negó con la cabeza.

Maldita sea, se suponía que tendríamos más tiempo. Se suponía que faltaban unos días más.
Levantándome de mi lugar, alcancé una bolsa de sangre y lo alimenté. Esperé pacientemente a que pudiera hablar antes de bombardearlo con preguntas.

Cuando mis recuerdos volvieron luego de la batalla en el desierto, todo estuvo claro para mí.
Mis recuerdos, esos que le había hecho creer a Kira que no podía descifrar, todos encajaron en su lugar. No fue fácil, mi cerebro martillaba con fuerza cuando pensaba mucho sobre eso los primeros días, pero con el tiempo, todo fue como dejar caer un velo.

La huida de Alexander, él por qué habíamos ideado entre los dos borrar mis recuerdos y los de ella.

—¿Estas seguro de esto? ¿Ya empezó? —mi preocupación se filtró en mi voz. Esto iba a ser difícil para todos.

—Casi me mata… está —tragó con fuerza—, verdaderamente enojado. —su voz se quebró y salió en un suspiro. —La intervención a la unión de Kira desencadenó todo. Debían esperar, maldita sea.

Cerré mis puños con fuerza. Yo sabía que eso iba a cambiar algo, pero no podía detenerme a ver cómo mi hija se unía a alguien como él. No después de todo lo que sufrió.

—¿Cuál es el siguiente paso? —caminé, en círculos, por mi habitación. Los ojos de Alexander me siguieron hasta que los cerró y carraspeó para atraer mi atención.

—Debemos prepáralos. Kira debe saber la verdad. —lo miré, sorprendido. Sabía los motivos por los cuales él estaba tan dispuesto a dar su vida por ella. Kira era la luz de sus ojos, por protegerla desapareció durante más de un siglo. Y ciertamente, no sabía cómo iba a tomar la verdad de su linaje.

—¿Estás seguro?

Mi preocupación me tenía al límite.

—Todo esto lo hacemos por ella, ¿Recuerdas? —me detuve en seco. No podía apartar mis ojos de él. Mi pecho se hinchó de orgullo. Asentí bajo su atenta mirada. —En unos días, Ilvas va a cometer un error. Y ahí podremos hacer nuestra jugada. Hasta entonces, nadie debe saber que estoy aquí.

Nacido De La Venganza #2 (+18) (Versión Wattpad)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora