Capitulo 33

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Blair Potter 

Cuando me desperté sentí algo calentito sobre mi, no quería abrir los ojos, estaba muy cómoda, pero sentía demasiada curiosidad por saber si él también estaba dormido, abrí los ojos poco a poco y levanté un poco la cabeza, efectivamente estaba dormido. Sonreí. Era una de las primeras veces que le veía tan tranquilo y sin tener que poner ese ceño fruncido, estaba tranquilo y relajado.
Por supuesto yo ya no tenía sueño pero tampoco quería moverme mucho por si le despertaba así que me quede viendo al techo mientras pensaba en lo de anoche, aun me dolía aquella herida, no podía rozarme con nada porque me molestaba mucho, miré a donde estaba vendado y cicatrizando la herida y vi su mano puesta un poco más arriba de la herida para no hacerme daño. Por eso recordé cuando Umbridge me tenía sujeta del pelo y él pidió que me soltase del pelo, intentaba ayudarme, en ese momento me alivió tanto que ellos estuvieran cerca que no supe como demostrárselo, después de eso Malfoy no me volvió a dejar sola, tampoco es que le hubiese dado una oportunidad porque, ahí estaba en su cama junto a él, cuando le pregunté si podía quedarme al principio pensé que me mandaría de nuevo a mi cuarto pero no lo hizo y se lo agradecí, no quería estar sola, lo había intentado pero desde que cerraba los ojos volvía a ver a Dolores frente a mi torturándome. Miré la hora. ¡Por Merlín! llevábamos horas durmiendo, ya eran las casi las dos de el mediodía, ahora sí que empezaba a saberlo, mi estomago rugió, tenía hambre. Volví a mirar a Malfoy, me daba pena tener que despertarle ahora pero seguro que me lo agradecía mas tarde. Lo moví un poco pero no hubo reacción ninguna por su parte, le moví más fuerte pero nada, le puse un mechón de mi pelo en su nariz y empecé a hacerle cosquillas en ella hasta que por fin se despertó, creo que fue a maldecir a alguien pero cuando abrió los ojos me vio riéndome y enseguida su expresión cambió a una mas alegre. 

– Buenos días a ti también —dijo mientras se frotaba los ojos. 

– Amm no, buenos días ya no son, ya son las dos de la tarde, venga que tengo hambre  —dije mientras me levantaba de la cama y me peinaba un poco con los dedos. 

Vi que volvió a tumbarse en la cama pero cuando estuve a los pies de su cama le quité la manta, cuando lo hice su mirada era como para matarme pero yo solo le sonreí y le jale del brazo. 

– Venga dormilón, nos vamos a perder el almuerzo y lo del desayuno lo pasé por el sueño pero ya esto si que no, venga vamos. 

– Pues vete tú sola, yo aun quiero dormir, anda ve ve, luego te alcanzó yo... —se soltó de mi. 

Yo lo miré mal mientras veía como se tapaba con la manta, rodé los ojos cansada pero enseguida se me ocurrió una cosa. Volví a lo mío pero se me cayó una cosa al suelo haciendo mucho ruido y, con tan mala suerte que acabó dándome en la herida. Comencé a quejarme muy muy alto y vi como enseguida corrió hasta mi preguntándome si estaba bien y que había pasado. 

– ¿Quieres ir a Pomfrey? ¿pero que se supone que te ha pasado? —preguntaba preocupado. 

–No no, necesito ir... ¡a comer! ¡venga vamos! ya estas levantado —dije volviendo a ponerme como si nada. 

– ¡Eres una cabrona Blair Potter! —dijo molesto. 

Yo me reí pero su cara no tenía ni un atisbo de diversión. Tal vez me había pasado. 

–Lo siento, pero es que tengo mucha hambre, no como nada desde ayer por la noche y eso fue antes de ir a la fiesta, ya estas despierto y ahora podremos ir ¿que me dices? —al principio bufó pero supe que eso venía acompañado de un "si". 

Le dije que me iría a vestir más decente y él me esperó en su cuarto. Cuando termine de vestirme me miré al espejo y iba vestida con un vestido tipo suéter que me llegaba hasta las rodillas junto a unos zapatos de color blanco mientras que mi pelo iba recogido en dos trenzas pequeñas hechas y juntadas con un moño. 

𝑬𝑵𝑬𝑴𝑰𝑮𝑶𝑺 𝑨 𝑴𝑼𝑬𝑹𝑻𝑬Where stories live. Discover now