Capitulo 21

14 4 0
                                    


Blair Potter 

Las vacaciones habían pasado bastante rápido a mi parecer, la verdad es que lo había aprovechado al máximo, había quedado con mis amigas de clase, enviado cartas, había conocido gente nueva, en fin, no había tenido unas malas vacaciones. Y hubiesen sido perfectas de no ser por donde pasábamos la mayor parte del tiempo cuando no estábamos fuera de la casa de los Dursley. Lo habían convertido en un reformatorio, no nos dejaban hacer nada, con deciros que solo vernos sonreír por algo se pensaban que maquinábamos algo contra ellos nos castigaban o nos mandaban fuera mas de cuatro horas y sin haber comido nada, ¡mira que egocéntricos! para pensar en ellos mismos siendo desgraciados a causa de nosotros, ni que nos importaran, pensar en maldades hacía ellos era lo último que hacíamos, teníamos una cosa que se llamaba vida social y creo que ellos no sabían ni que eso existía. 


Un día Harry y yo nos encontrábamos en un parque un tanto lejos del reformatorio que nuestro primo solía llamar casa, ambos estábamos sentados en los columpios hablando de como sería el nuevo curso escolar, en verdad teníamos muchas ganas de que empezara el año para ver de nuevo a nuestros amigos. Puede que les viésemos fuera del castillo pero no era lo mismo, ni de lejos, además, había mucha gente que no había podido ver. 

Cuando giré la cabeza porque una sombra me tapaba el poco sol que quedaba, al ver a Dudley bufé y rodé los ojos, pues venía con séquito de matones a molestarnos seguramente. 

– Pero mirad a quien tenemos aquí, si son los hermanos Potter, el gafotas y la zanahoria —dijo Dursley mientras sus amigos se reían, patético. —¿Por que no os vais a jugar con esas estúpidas varitas a otro lado y nos dejan a los grandes jugar en los columpios? 

–Entonces eso de grandes no va por ustedes, al menos no mentalmente —respondí de una forma burlona, vi como Harry me miraba y se guardaba una sonrisa, eso a los otros no les gusto nada. —¿Por que no se van a otra parte en vez de molestarnos como si fueran críos de ocho años? En otras palabras: pírate Dudley. 

Vi como puso mala cara pero no dijo nada, típico, no sabía con que rebatirme. Volví a lo mío, estaba leyendo una carta sobre un amigo pero pronto me la arrebataron de las manos. 

– ¡Dudley! ¡devuélveme la carta! —bramé molesta. 

– ¿No eras tan lista diciendo que eras mas grande? venga, defiéndete listilla —mientras se movía  de un lado a otro para que yo no la cogiera. — A ver que pone aquí, vaya, alguien te escribe que te echa de menos, blah blah, se aburre mucho solo, blah blah, le gustas mucho, blah blah y su nombre es no se que de Dragón... 

Ahí me enfado mucho y saqué la varita y se la puse al cuello, cuando hice eso de detuvo y me miro expectante, le dije con una voz firme que me entregara la maldita carta y este lo hizo casi al instante, cuando tuve la carta de nuevo en mi mano baje con lentitud la varita y me aparte de él. 





" · " 






Unos minutos mas tarde mi hermano, mi primo y yo corríamos por aquel descampado que había alrededor del parque, había empezado a llover por alguna extraña razón y no tuvimos mas remedio que irnos, atajamos por una especie de túnel abandonado y, al llegar los tres nos paramos a coger aire, si mi resistencia física no era muy buena ya podéis imaginar la de mi primo, nunca había sido de correr a no ser que le persiguieran. De pronto vimos como las luce de ahí empezaron a fallar, sentí como una ráfaga de frío recorría mi columna vertebral y, al girarme a ver a mi hermano vi que él sintió lo mismo, eso significaba problemas. 

𝑬𝑵𝑬𝑴𝑰𝑮𝑶𝑺 𝑨 𝑴𝑼𝑬𝑹𝑻𝑬Where stories live. Discover now