Ático de mi alma

Capítulo 34: Duadicción

26 de septiembre de 2023

Cambio en ti

Hola de nuevo Aron.

A ver por dónde empiezo...porque de corazón es la vez que menos sé por dónde empezar.

No quiero ser dura con esto, por lo que voy a tratar de expresarme lo mejor posible.

Vuelvo a ser otra persona la que escribe, no sé cuál de todas las Belas soy hoy, solo puedo decirte que me siento más diferente que nunca.

Sí, sigo pensándote, suele ser diario, me vienes a la mente con la más mínima tontería y te recuerdo, pero ya como algo lejano, aún levemente misterioso, pero sobre todo...dañino.

Mi mente ha creado la concepción de que no me haces bien, de que me perjudicas más de lo que me beneficias, que eres alguien distinto a quien conocí hace 10 años en aquel puente.

No sé cuál de todos los Aron me está leyendo ahora, solo sé que si mi mente supiese que es él, el de 2014-2015, me volvería absolutamente loca e impredecible.

Me consuela saber que ese Aron ya no existe, es lo único que me salva de pasarlo mal, de martirizarme y de atosigar mi corazón.

Porque mira, siendo objetiva, vivo con demasiada frecuencia esa sensación de echar absolutamente de menos nuestros momentos con 16 años. Esa sensación de tener el mundo en la mano, de creer que todo será fácil, que llegará un día en que nuestros caminos se crucen y al final nos demos la mano para no soltarnos, luego te ves con 25...viendo como nada de lo que imaginaste se ha cumplido y que lejos de eso estoy soltándote la mano con la intención de que sea para siempre.

Fuiste, eres y serás un ideal tan bonito...que es imposible no llorarle, no rendirle nostalgia, no verte en cada paisaje de naturaleza virgen y esplendorosa.

Tus ojos, a juego con la flora que reviste la orilla de un río, me bañarán cada día aún si jamás vuelvo a mirarlos, hasta mi fin.

Todos los días revivo en una ínfima parte de mí recuerdos imborrables contigo, me regocijo en ellos y espero el milagro de que llegue alguien que me los brinde sin ningún motivo, que haga que aquellos sean historia.

Veo en otros un reflejo de ti y me lanzo en bomba a explotarme contra ellos, al final el estruendo acaba sonando como siempre: "no son tú".

Te he querido a un nivel ampliamente preocupante por dos cosas:

•No mereces todo esto
•Le acompaña la firmeza de que jamás sentiré algo así por alguien

Sé que lo que he vivido contigo es único Aron, estoy convencida de eso, y que mire hacia otro lado no quiere decir que romperé la promesa que te hice aquel día de que estaré para siempre,

y es que aquí estoy.

No voy a abandonarte nunca porque creo en lo que hemos vivido aunque en su mayoría se trate de escombros. Tú y yo nos hemos reconstruido como si de una restauración única se tratase, eso sí que ha sido mutuo, y por ende jamás podría ignorarte.

Hemos sido casa muchas veces, pero jamas serás mi casa, y eso es lo que más me duele.

Te quiero más de lo que puedas imaginar nunca, y consentirte no ha sido un esfuerzo, ha sido un alivio.

Sé que algún día, por mera física y lógica cuántica, el universo me obligará a decirte todo esto a la cara. No sé cómo será, ni cuando, ni en qué circunstancias que eso es lo que más me abruma y encoge el pecho...pero estoy segura de que las energías me van a apretar las cuerdas hasta que llegue el día en que te tenga delante y confiese.