Capítulo 22: Atemporales

56 2 1
                                    

29 de noviembre de 2022

Lucero de mis pupilas

Me llama poderosamente la atención mi forma de actuar. Yo suelo autoanalizarme mucho, soy de las que piensan que es la única forma de aprender y corregir errores, y cada día más me sorprendo de lo torpe que llego a ser. Parándome a reflexionar solo puedo llegar a la conclusión de lo absurdo que resulta lo siguiente: escribo con intermitencias, es decir, no es algo diario ni constante, suele estar fragmentado en el tiempo, y además, una vez que empiezo a escribir coincide que lo sigo haciendo sus días consecutivos hasta que vuelvo a cansarme y lo dejo dando lugar a la víspera de la siguiente repetición.

Pero un momento...¿El amor es eso? ¿La intermitencia...? Dicen que aquello que escribes lo sueltas  y por tanto deja de pertenecerte, ¿Puede ser ese el motivo por el cual no dejo de escribirte?

No sé cómo seguir. Estas incógnitas me meten una sensación muy incómoda en el pecho. La mejor forma de desatar estos nudos para mí suele ser viajar por un recuerdo ¿Lo hacemos?

Aunque sé pocas cosas de ti, las que sé las tengo muy clavadas dentro, me aferro a ellas como si fuesen un todo y trato de huir del aspecto de que no conozco apenas nada de quien eres. Me horroriza el miedo a enfrentarme al crudo hecho de que te quiero sin acabar de conocerte.

Tu canción favorita hace mucho tiempo era Nothing Else Matters de Metallica, y supongo que al escucharla se te vendrán miles de sensaciones por el cuerpo y de recuerdos gratos y no tan gratos por lo que viviste en el momento en que imperó en tu vida. A saber si además te recordaba a alguien, puede ser. Hoy en día no sé si sigue siendo tu canción, probablemente ha habido muchas nuevas que han ido alejándola del primer puesto en tu playlist, no lo sé. De su letra me quedo con las siguientes partes:

Muy cerca, no importa lo lejos.
No podría ser mucho más desde el corazón.
Siempre confiando en quienes somos.
Todas estas palabras, que no solo digo.
Busco confianza y la encuentro en ti.
Cada día para nosotros algo nuevo.
Nunca me abrí de esta manera.
Nunca me importó lo que saben.
Nunca me preocupé por lo que hacen.

Y nada más importa.

Te conozco poco, es cierto, pero solo esta canción ya me dice bastante de ti.

(Mejor no hablar de la de tropecientas veces que me la escuché allá por 2016 cuando empezaste a gustarme en serio, creo que hasta le tomé manía que desde entonces no he vuelto a escucharla.)

Siempre me ha llamado la atención tu forma de ser, cualquiera diría nada más conocerte que te encanta esa canción, parece demasiado profunda para un chico como tú.

No voy a mentir, a veces pienso que eres un alma oscura, otras veo en ti un arco iris infinito. No tengo muy claro lo que significas para mí.

Tampoco tengo nada claro lo que yo significo para ti. Han pasado muchos giros drásticos de los acontecimientos entre ambos, por lo que ahora estoy más perdida que nunca sobre lo que puedes pensar tú.

Muchas veces mis amigas me preguntan que hasta donde pretendo llegar pensándote durante 8 años, que por qué no arranco ya esta historia de cuajo y la mantengo como lo que es, un primer amor de la infancia. Llevan toda la razón, a día de hoy se mantienen sus teorías de que estoy perdiendo el tiempo. Pero yo soy como soy...lo admito, soy rara, me desvivo por las historias que me suponen un desgarro interior constante, que me ponen al límite, que son remotamente complejas. Y bueno, hay otro motivo que me hace no poder irme.

Mayo de 2016. Mi graduación de bachillerato. Viniste a la salida a echar un vistazo, como siempre sin perderte una, me acuerdo de poco pero hay algo que no he podido olvidar, cómo me miraste. Tu reacción fue demasiado expresiva, ya no sé bien lo que dijiste pero fue algo como "Ostia qué guapa". Pero antes de que dijeses eso, a mí ya me lo habían dicho tus ojos. Ese día fue uno de los que más he llegado a sentir el cariño que te tengo, ya no como nada en sí, como persona. Me acuerdo de mi sensación por dentro de "Joder, como no iba a estar él aquí, si cierro la etapa en la que él ha sido mi protagonista principal".

Ático de mi almaOnde histórias criam vida. Descubra agora