Capítulo 3: ¿Necesitas algo?

106 4 1
                                    

25 de enero de 2019

Joder, hacía ya que no te veía, te reconocí nada más entraste por la puerta con tu andar característico, fue ver el movimiento de la capucha de tu abrigo y ya sabía que eras tú. Miré de reojo para asegurarme de que mis reflejos estaban en lo cierto, así fue.

Vaya, parece que los dos vamos acompañados...en ese instante tomé una decisión, ya te he olvidado. Ha sido mucho tiempo sin vernos creando recuerdos con otra persona así que la debilidad por ti está superada, por lo que decidí no mirarte, no mirarte para nada, por nada del mundo podía girar la cara, no estabas allí para mí no existías, pero de repente, sentí de reojo que me encontraste entre la gente, bueno, desconocidos con recuerdos todo consiste en pasar. Me analizaste levemente durante unos segundos, no sé si apreciando mi conjunto porque he de reconocer que iba llamativa respecto a como normalmente me has conocido...un top brillante de color negro y unos pantalones con cruces en los laterales que dejaban ver la mitad de mi pierna. Ese día me sentía sexi, y quién sabe, igual mi subconsciente sabía que algo grande iba a pasar cuando escogió aquel outfit.

Para mi sorpresa vienes y te sientas en frente, a escasos metros de distancia de mi mesa, yo seguía sin mirar, pasaba de verte, por supuesto intentando controlar los nervios que se me iban notando por momentos. Mi compañía, que me conoce como la palma de mi mano, me notó cierta inquietud:

- ¿Estás bien? Pareces nerviosa

- Sí, tranquilo, es solo que hace algo de frío — Respondí con voz temblorosa.

De buenas a primeras pasas por delante, mi compañía te ve, me lo dice, sigo pasando, otra vez vuelves a pasar, te sientas, parece que estás inquieto, al rato te levantas y vuelves a pasar. Yo pensaba: "Una de dos, o la camarera de la hamburguesería ha estado torpe y se le ha olvidado todo y Aron está levantándose a recoger cosa por cosa, o esto es absurdo". Mi compañía se empieza a poner considerablemente nerviosa:

- ¿¡Cómo es que está pasando tanto?!

Me hago la loca y como si conmigo no fuera...pero es que vuelves a pasar, y vuelves a pasar, y ya digo, vale, hay que largarse, porque a la próxima, le voy a acabar mirando y la situación sin duda alguna va a complicarse.

No sé por qué hiciste aquello, lo que sí se es que alguna de esas veces tuvo que ser a posta, nunca jamás nadie se ha levantado tanto en un local de comida rápida donde te dan todo a la primera, así que bueno, decidí levantarme, casualmente otra vez estabas de pie y nos cruzamos, miré al suelo, y me fui sin dar crédito ¿¡Qué carajos ha sido eso?! El capítulo se estaba cerrando ¿¡Acaso tengo algo que se te haya olvidado coger?! Parecía que estabas desesperado porque te mirase, porque viese que estas ahí, porque te recordase un poco, tranquilo que te he visto desde el mismo momento en que has entrado, pero, una vez más, tú no lo sabías. Me gusta jugar con tu mente, en general con todas, pero es que la tuya se me resiste, y eso lo hace más inusual.

No tuviste en consideración en ningún momento a tu compañía ¿Realmente la quieres? Y si es así ¿Esa es tu forma de querer? Da gracias a que no terminó de darse cuenta y a que mi compañía fue respetuosa, pero lo que hiciste no estuvo bien, nada bien. Pensaba que tus llamadas de atención ya estaban caducas Aron, no comprendo este giro de los acontecimientos sin explicación razonable.

26 de enero de 2019

Punto y coma

Han sido demasiadas calenturas de cabeza, lo último ocurrido la gota que colmó mi vaso, mi compañía ya no está, decidí darme un tiempo para pensar, no sé si he hecho lo correcto porque he destrozado a una persona por mi maldita cabeza, han sido ya varias las veces que lo he dejado por culpa de estos sentimientos que solo me están destrozando por dentro. Después de la última sabía que ibas a llamarme la atención, lo intuí por tu actitud, y eso es precisamente lo que temía, esto, justo esto. Además, ahora que he borrado todas las fotos en redes sociales con mi compañía, sabes que hay nuevas noticias.

Ático de mi almaWhere stories live. Discover now