Capítulo 31: Pureza transparente

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23 de mayo de 2023

Contranatura

Decidí distanciarme de ti, pensé que eso sería suficiente para sacarte de mi mente o al menos, para dejar de desearte. Te oculté mis historias de Instagram, te silencié las tuyas para no volver a verte, metí todas tus fotos del carrete en oculto para dejar de mirarte ¿Lo único que he conseguido? Desearte aún más fuerte. Muchos dicen que si haces contacto cero con alguien a quien amas llegará un momento en que puedas olvidarlo ¿Cómo es que contigo no está funcionando? Igual necesito más tiempo, o irme todavía mas lejos...ni siquiera Madrid me ha hecho sentir que no estás cerca. Pero es que, yendo más allá, tampoco el viaje a Menorca con mi mejor amiga Camila ha servido para que te esfumes de mi mente, lejos de eso...todos los paisajes más bonitos, me recordaban a ti, y deseaba algún día, poder volver a verlos contigo.

Aquellas vistas tan impresionantes en que la naturaleza expresa toda su belleza, ahí siempre te encuentro. Las rocas inmensas, el mar bañándolas con su agua furiosa pero a la vez majestuosa, el cielo claro con nubes dibujadas en divertidas formas. Cierro los ojos, respiro más fuerte, y solo puedo sentir que dentro de mí sigues latiendo.

Una de esas tardes en mi viaje, mientras veía sentada un paisaje hecho postal, con un velero al fondo cruzando entre dos grandes colinas bañadas en el mar turquesa que te andaba contando, con arena blanca y fina cubriéndome los pies, no pude evitar el esfuerzo por encontrar la inspiración que me dé tantas respuestas que necesito. Pensaba en nosotros, en los dos, en nuestras miradas por el rabillo del ojo, en tus gestos, en la convergencia de nuestros cuerpos, en que estamos creciendo y no sé que más me quedará por perderme de ti.

Se acerca el momento en que asentaremos nuestras vidas y me aterra que otra persona sea quien te dé una familia, una eternidad. Sé que toda nuestra vida la hemos pasado soltándonos la mano y que ahora no debería ser más difícil, pero lo es.

Miraba a las parejas jugando con sus bebés por la playa y odio mi estúpida cabeza por imaginarnos en esa escena.

Somos muy jóvenes aún, lo sé, pero yo echo la vista atrás y nos veo con 16 hace exactamente un segundo de reloj, el tiempo pasa extremadamente rápido...y veo que te desvaneces de mi vida y de mis sueños, y eso aún no encuentro la manera de afrontarlo.

No tengo motivos para desear toda una vida contigo, pero tampoco para querer a nadie más que a ti.

Lamento mis pensamientos extremos, mi amplia visión a futuro siendo aún muy pronto, pero tengo grabada a fuego la fugacidad de la vida, ha sido una de mis primeras lecciones vitales y mi interior me la recuerda todos los días.

Ya he pasado muchas etapas de mi vida en que no has estado, y me pregunto si se debe a que la vida espera a que vivamos las mejores juntos, o si simplemente, no pertenecerás a ninguna.

Tampoco entiendo por qué cuando te tengo yo soy la primera que me asusto y retrocedo dos pasos. A veces me siento como un pájaro si tuviese vértigo a las alturas, sé que mi función es volar, mi forma de sobrevivir y desplazarme es esa, soy consciente, es mi naturaleza, pero me aterra, y por ende vivo asustada, no disfruto del entorno ni de la visión panorámica de estar tan alto, solo puedo sentirme muy pequeña, y con miedo a aquello para lo que he sido hecha.

Veo como todo el resto de pájaros vuelan sin problema, planean entre las nubes, lo disfrutan, pero yo los miro desde el suelo, sobrepensando demasiado. No tengo culpa de ser como soy, ni tampoco me siento avergonzada, sé que llegará un día en que perderé el miedo a mi esencia, y es entonces cuando volaré todo lo alto que se pueda, y mi nuevo miedo será volverme a posar en una rama perdiéndome todas las vistas.

Ático de mi almaOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz