• Capitulo 4 •

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Cuando veo por mi ventana me doy cuenta que es una mañana nublada, deprimente, sin nada de sol.

Hoy no hay escuela porque es fin de semana, así que estoy ayudando a papá en el vivero que queda a un par de cuadras de casa. Estoy sola porque papá se fue a atender a unas personas y me doy cuenta de lo terapéutico que es tocar y sentir tus dedos en la tierra, es como soltar los pies en la arena.

La estoy pasando tan bien... Que puedo de pensar en mis problemas, en los de los demás, en lo mucho que me afecta, y solo fluir.
Mi paz dura unos segundos hasta que escucho la fuerte canción de Barbie, eso indica que me estan llamando.

Llamada de voz:

Melisa:  ¿Donde estas? Tenes que venir ya para acá

Yo:  en el vivero ¿Por que? ¿Que pasó? ¿Donde estás?

Melisa:  los chicos Greyson están haciendo las pruebas para entrar en un equipo. Tenes que venir.

Cada entrenamiento lo hacen los fines de semana, con el fin de que por el resto de la semana nos enfoquemos solo en la escuela.

Yo: Bueno, bancame 5 minutos

Agarré mis cosas y lo metí en mi cartera negra.

— Papá, me surgió algo.— le dije agarrando la bici.

— Bueno, otro día venís.

Mientras que pedaleaba me sumergí dentro de mis pensamientos. mi cabeza me decía que algo en mi vida iba a cambiar.
Paré a la estación á comprar un agua y partí camino a la escuela.

Cuando llegó Melisa está arriba de la grada haciendome una seña para que suba. Lo hago. Comiendo frutillas que compró Melisa vemos a los chicos jugar.

Como si en cámara lenta se tratara, una pelota sale del área y va directo a las gradas. Directo a mí. Cuando llega a mí siento un gustito mentolado en la boca, era sangre.

No sé cómo ni porque pero Dylan fue haciá el chico que tiro la pelota y lo empujó, el chico como venganza le lanzo un golpe a éste, pero Dylan rápidamente lo esquivó y el golpe fue dirigido a Cristian que estaba detras. No llegué a contar a tres para que los hermanos Greyson se metan en su primer pelea. Los demás chicos los separaron.

Los Greyson se sentaron en las gradas, eso me dió oportunidad de ir y ofrecerles agua.

— ¿Estas bien?— Pronunció Dylan.

— Está sangrando— Me miró de reojo, Cristian.— obvio que no está bien.

— Duele pero voy a estar bien.

Viéndolos bien, Dylan tenía el pomulo rojo y a Cristian le salía el líquido rojo por el labio.

— ¿Que hacen por acá?— la curiosidad me ganó.

— Vinimos a probar.— Dijo Dylan.— ¿Vos?

— Vine para acompañar a Melisa. Su novio entrena acá— Mentí.

Hice una pausa porque escuche la vocecita de Melisa pidiendo pasar.

— Hola, quieren frutillas. — Preguntó raramente una alegre Melisa.

— Gracias pero no me gustan.— Pronunció Dylan.

— Yo sí, gracias.— Dijo por fin mirandonos, Cristian.

— Nos tenemos que ir, nos vemos después.— Murmuré.

— ¿Que? ¿A dónde vamos?.

— Al baño.

A Distancia Mínima © Where stories live. Discover now