• Capitulo 2 •

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Me desperté por el ruido de la alarma proveniente de mi celular. A medida que abro los ojos siento el sol sobre mis ojos y a medida que me muevo se expande por todo mi cuerpo. Hay olor a lluvia porque ayer llovió y el canto de los pájaros se escucha desde mi cuarto haciendo una mañana especial.

Me cambié y estoy cepillandome los dientes mientras veo instagram en mi pequeño aparato que llamo celular.
No público muchas cosas en instagram, desde que lo tengo abre publicado dos fotos locas. No me agrada la idea de compartir a desconocidos mi vida. Lo tengo solo para stalkear y ver gente.

Entonces, me agacho para enjuagarme la boca y siento que una notificación me alumbra la frente, y al mirarlo...

No puede ser...

No puede ser...

¡No puede ser!

Abrí la notificación y es un chico con una foto de perfil en un lago desconocido.
@DylGreyson te ha comenzado a seguir.

Bajo las escaleras a una velocidad no prudente y mi mamá que está desayunando en completa paz y tranquilidad me vé:

— Nerea ¿Te pasa algo?.

— No nada, todo esta bien, perfecto.

— Hija estas sonriendo, es la primera vez que te veo asi en la mañana.

— Ah, no. Es que Melisa me mandó un meme— Mentí—.  ¿Hay café?—. Cambie rápidamente de tema

— Sí, calentalo — Señaló con la cabeza la cafetera.

Me preparé café en mi taza favorita, comí algo y salí caminando a la escuela. El día estaba hermoso, aunque quedaron charcos en la calle y en la vereda de la leve llovizna de ayer. Conecte mis auriculares a Bluetooth y empezó a sonar la delicada voz de Lana del Rey.
Los rayos de sol calaban mis huesos y los sonidos de los pajaritos de fondo pintaban un día perfecto.

Estaba tan sumida en la música, que no me dí cuenta que detras venía un coche deportivo rojo con la música al palo, hasta que el auto pisó un charco de agua y me empapó de pies a cabeza.
Estoy parada esperando que alguien tenga la descendencia de bajar del coche pero se aleja cada vez más.
Decidí cambiar mi forma de pensar porque maldiciendo no iba a llegar a nada y seguí mi camino a la escuela.

10 minutos después...

Estoy frente a la escuela, estresada y con diez minutos de retraso, porque sí, la ropa mojada pesa como un ladrillo.

Estoy subiendo los escalones y veo por el rabillo del ojo un auto con música alta, estacionar frente a la escuela.
Me giro para comprobarlo y sí. El auto era deportivo, y sí, era rojo y sí, eran estudiantes. Es el mismo auto.

De éste bajo una chica rubia que va al curso de al lado y del asiento del acompañante salió un chico que nunca ví pero que raramente me parece familiar. Esté chico sale del auto sonriendo por algo que dijo la chica, caminando con tranquilidad sin importarle llegar tarde.

Busco el baño para escurrir mi ropa y entro a la clase.

— Perdón por llegar tarde, es que un coche me mojó con un charco.— Me disculpo con el profesor.

— Por ser la mejor de la clase te lo voy a dejar pasar pero que no vuelva a pasar— Advirtió.— Estaba presentando a dos alumnos nuevos: Cristian Greyson y Dylan Greyson.

Caminé hasta llegar a mi mesa. Al llegar estaba ocupada por el mismo chico que se bajó del auto rojo. Me quedé parada mirandolo con una ceja enarcada.

— Es mi asiento.— gruñi.

Levantó la cabeza lentamente, despegando su mirada del suelo que hasta ahora parecía contener todo su interés. Al alzarla, sus ojos se encontraron con los míos, eran de un azul profundo Esos iris azules estaban enmarcados por unas pestañas largas y oscuras que acentuaban aún más su color, y bajo ellos, unas ojeras leves que hablaban de noches de insomnio o pensamientos profundos. Su nariz, recta y bien definida, complementaba la simetría de su rostro, y conducía la atención hacia su mandibula.

— ¿Me vas a seguir mirando?— Preguntó con desgano.

— ¡Sentate al fondo!.— cambié de tema visiblemente.

— Nerea sentate al fondo.— Declaró el profesor.

Rompí contacto visual.

Tocó el timbre y no me dí cuenta porque estaba muy concentrada en la pogonometria hasta que todos empezaron a salir de la clase.
Decidí salir y asustar a Melisa por detrás.

—Woooooooooooha.— me reí de su reacción.

— AAAAAAAAAAAAAAH.

— AJAJAJJAJAJAJ.

— NEREA.— Me retó

Dejé de reirme porque medio patio nos está observando.

— Nos miran porque somos muy lindas.— Halagó— Hablando de cosas lindas. No exageraste cuando decías que los Greyson eran la perfección en persona.

— Me cae mal, Cristobal.— Sentencie

— Cristian.— Corrigió

— ¿Vamos a comer?— Cambie rápidamente de tema.

Fuimos al gran y fuerte árbol que está en medio del patio y nos sentamos en el piso. Ese árbol es mi lugar, es como si fuera parte de mí. Bajo la sombra de éste sacamos dos sanguchitos y papas fritas.
Mí sanguche es vegetariano, desde chica no puedo comer carne, me dá pena los animales que mueren.

Tocó el timbre de nuevo. Me senté en el mismo pupitre y así pasó la hora escolar.

Ya en casa. Estoy limpiando los vidrios de la parte de afuera de casa. Hace calor, estoy transpirando y  mi ropa está empapada porque se me cayó agua encima, pero los vidrios no se van a lavar solos.

De pronto, estaciona el auto rojo y de el acompañante sale un apresurado Cristian.
Me mira a los ojos y asiente en modo de saludo.

Melisa (mejor amiga de Nerea)

Gracias por tomarte el tiempo de leer este capítulo 🦋Espero que este libro sea una experiencia Interesante para ti, ya que, tu apoyo significa mucho para mí 🦋🤍

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Espero que este libro sea una experiencia Interesante para ti, ya que, tu apoyo significa mucho para mí 🦋🤍

Me encantaría saber sus opiniones en cada capítulo, sean malas o buenas♥️

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