El cascanueces y la ratoncita

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Lila era una lectora muy, muy bonita que se distraía muy fácil, pero iba mucho al teatro y disfrutaba las obras que se presentaban allí, desde ópera hasta dramas, pasando por comedias

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Lila era una lectora muy, muy bonita que se distraía muy fácil, pero iba mucho al teatro y disfrutaba las obras que se presentaban allí, desde ópera hasta dramas, pasando por comedias. Conocía todas las historias y le gustaría algún día escribir una. Alguna vez encontró un libro que narraba la historia de una ratoncita que se lastima intentando que su madre y su padre no cayeran a manos de otros bestialidos más grandes y ahora tiene que cuidar de sus hermanos menores. 

Un día, la ratoncita, justo el final del año, intenta conseguir la última fruta, pero es muy pequeña para alcanzarla, y un elfo vampiro, que tiene la desgracia de ser un elfo duque, pues los duques son los únicos elfos que necesitan consumir sangre un día al mes, toda la sangre de un cuerpo humano, que sería el equivalente a la sangre de la ratoncita y la de su familia, y sin que se diera cuenta, ella recogió la fruta que el elfo arrojó, dio unos pasos y luego cayó desmayada... 

Cuando se despertó, estaba atada, con una ropa diferente y completamente sola. Y Lila se durmió cuando el libro indicaba que estaba desmayada la ratoncita. Lo siguiente que Lila recuerda es que despertó encadenada en una mesa y sin su ropa, además de tener una cola y mucho pelaje, pero por lo menos era un pelaje atractivo. 

Lila intentó vestirse con una ropa que encontró cerca, pero los grilletes se lo impedían y, de repente, su compañero de celda fue tomado por la magia de Zane, quien se presentó: - Buen día, jovencita, me llamo Zane, Thomas Zane, pero para ti soy majestad, amo o mi señor. - 

Lila sentía que el elfo era un ególatra con los que eran más pequeños y de inmediato recordó a muchas personas en muchas obras de teatro. - Y supongo que deberé divertirte como las esclavas del príncipe en la sirenita. - dijo Lila, asumiendo un ademán indicándole que era un hablador. 

Eso hizo que el elfo se enojara y le dio un golpe a la jaula donde la tenía y retiró a su compañero de celda, además de añadir grilletes a sus piernas y hacerle heridas en sus brazos.Lila, como ratoncita, tuvo que actuar en la obra de teatro "El cascanueces" junto con otros ratones. 

El cascanueces era una máquina infernal que podía abrir nueces y ratones con su boca. Zane, el elfo vampiro, disfrutaba viendo cómo los ratones bailaban, cantaban y contaban historias divertidas para evitar ser devorados por el cascanueces. Lila se dio cuenta de que el cascanueces tenía una llave en la espalda, que era la que lo hacía funcionar. 

Con la ayuda de su compañero de celda, que resultó ser un mago disfrazado de ratón, logró quitarle la llave al cascanueces y usarla para abrir los grilletes que la ataban. Luego, liberó a los otros ratones y juntos se rebelaron contra el elfo vampiro. Zane se enfureció y trató de detenerlos, pero fue demasiado tarde. 

Los ratones habían tomado el control del castillo y lo habían encerrado en una jaula. Lila se acercó a la jaula y le dijo al elfo: - Buen día, majestad, amo o mi señor. Me llamo Lila, pero para ti soy ratoncita, esclava o mascota. - Lila sentía que el elfo era un patético con los que eran más grandes y de inmediato recordó a muchas personas en muchas obras de teatro. 

- Y supongo que deberás divertirme como el príncipe de las ratas en el cascanueces

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- Y supongo que deberás divertirme como el príncipe de las ratas en el cascanueces. - dijo Lila, asumiendo un ademán indicándole que era un hablador. Eso hizo que el elfo se pusiera a llorar y le rogara que lo perdonara y lo liberara. Lila se rió y le dijo: 

- No te preocupes, elfo. No te haré daño. Solo te haré un regalo. Te daré una copia del libro que escribimos juntos. Se llama "El cascanueces y la ratoncita". Espero que te guste. Y no te olvides de leerlo. Porque este libro tiene un secreto. Un secreto que solo yo conozco. 

Un secreto que te voy a revelar. Este libro te llevará a mi mundo. A mi mundo de humanos. Y allí te convertirás en un humano. Un humano muy, muy feo. Un humano que tendrá que trabajar duro para sobrevivir. Un humano que tendrá que lidiar con el sol, el hambre, el frío y el miedo. Un humano que tendrá que enfrentarse a los vampiros. Sí, los vampiros existen en mi mundo. Y son muy diferentes a los elfos vampiros. 

Son más fuertes, más rápidos, más inteligentes y más crueles. Y te odian. Te odian porque eres un elfo. Te odian porque eres un intruso. Te odian porque eres mi enemigo. Así que, si quieres vivir, tendrás que actuar muy bien. Tendrás que bailar, cantar y contar una historia divertida. Y si no me haces reír, los vampiros te harán sufrir. ¿Estás listo? Que empiece la función. - dijo Lila, dejando el libro en la jaula y cerrando la puerta con llave.

Lila se despidió de los ratones y del mago, que le agradecieron su ayuda y le ofrecieron quedarse con ellos. Pero Lila quería volver a su mundo, a su vida, a su sueño de escribir

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