24| Confianza

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Ha pasado una semana desde que me fui de la casa de mis padres para vivir con mi hermano mayor en una finca junto al lago. A decir verdad nunca había llegado a pensar que podría sentirme tan bien y a gusto en una casa. Vivir con Edwin es muy agradable, me prepara el desayuno antes de irse, me lleva y me recoge en la escuela, y eso hace que ahora sí quiera pedirle que me cambie de instituto.   

Porque vamos, está bastante lejos esa escuela de porquería y siento que mi hermano pierde demasiado el tiempo todas las mañanas y tardes. Obviamente extrañaría estudiar con Dwade y ser la parejita cliché que todos en la escuela conocen pero no quiero ser egoísta con mi hermano.

Cerca de nuestra casa hay algunos institutos, incluso está la prestigiosa escuela de moda donde estudió Saxton-S pero claro, esa escuela está fuera de mis límites. Solo hay dos formas de entrar en esa escuela, ser demasiado bueno y que algún directivo te reconozca o ser demasiado bueno y que algún diseñador importante te reconozca, en cualquier caso ambas opciones están fuera de mi alcance.

—Estaré aquí a las cuatro, no lo olvides —dijo mi hermano en cuanto baje de la camioneta color negro.

—Sí.

Mis pasos se acercaron más a la entrada de la escuela y solo fue hasta ese momento que Edwin arrancó el coche y se fue.

Se preocupa demasiado.

—Hola —la voz del chico más hermoso del mundo sonó en mi oído derecho a la par que sentí sus manos rodear mi cintura.

Éstos días he llegado a la conclusión de que le gusta poner sus manos ahí.

—Hola cariño —saludé tranquilamente a Dwade antes de girar un poco la cabeza para poder besarlo.

—Te estaba esperando —mencionó en cuanto nos separamos, aunque eso no duró mucho porque volví a besarlo—. Hoy habrá chocoflan en la cafetería y me será imposible conseguir una porción si mi intimidante novio no va conmigo.

—¿No crees que estás juntándote demasiado con Evan? —pregunté antes de volver a besarlo.

—Mmmm, no lo creo —respondió, sonriendo. Solo volví a besarlo—. Paso el tiempo suficiente con el mejor amigo de mi novio.

Y lo besé de nuevo.

—Si tanto quieres comer chocoflan puedo prepárate uno entero yo mismo —murmuré, luego lo besé de nuevo—, o llevarte a una repostería costosa y comprártelo.

Justo cuando incliné mi rostro para volver a juntar sus labios con los míos sentí como la mano de Dwade se interpuso en mi camino.

—Obviamente que también quiero tomar esas dos opciones pero también quiero presumir a mi guapo novio.

Llevé mi mano hacia la suya antes de besar la palma de su mano que estaba cubriendo mis labios.

—Sé que te he besado demasiadas veces pero ¿puedo hacerlo algunas veces mas?

—Puedes hacerlo —murmuró, pude notar cómo un ligero sonrojo se hacía presente en su piel—, pero después de conseguir mi chocoflan.

Sonreí y entrelace mis dedos en su mano antes de alejarla de mi boca.

—Si mi chico quiere chocoflan va a tener chocoflan.

Aún con nuestras manos unidas comenzamos a caminar en dirección a la cafetería. Mi lindo chico tenía una hermosa y radiante sonrisa mientras sus ojos azul marino lucen como si hubiera un cielo estrellado dentro de ellos.

Es tan hermoso que da miedo.

—¿Desayunaste? —preguntó Dwade con tranquilidad.

—Sí, parece que Edwin quiere hacerme engordar de tanta comida que me da.

Microamor [✓]Where stories live. Discover now