Microamor [✓]

21| Deseo

No tiene mucho que inició el día y yo ya aprendí una cosa: no tengo idea de cómo se hace un trámite. Y no, no estoy bromeando —lamentablemente—. Siempre que veía esos videos de adolescentes haciendo sus primeros trámites y cómo llegaban en plan "me da un trámite con todo, por favor", ¡me parecía gracioso y divertido! Pero ahora tengo un revoltijo de emociones donde no sé si estoy sintiendo miedo, confusión, emoción o si mi estómago me esta reclamando porque se me olvidó desayunar otra vez.

Estaba frente a una de las oficinas de la compañía Perfect Shot vistiendo un —hermoso a decir verdad— traje color azul marino mientras sostenía un folder de plástico —que casualmente era del mismo color de mi traje— que contiene mis diseños para la competencia. ¿Saben que es lo peor de todo? Que por una vez en mi vida tuve la grandiosa idea de peinarme, cosa que nunca hago, y ahora parece que un caballo me dio un lengüetazo en la cabeza.

Desde que en la mañana Alexandre se metió a mi habitación por la ventana y me dijo que se llevaría a Dwade supe que hoy no iba a ser mi día.

—¿Por qué parece que vas a desmayarte en cualquier momento?

Miré a mi hermano en cuanto puso su mano sobre mi hombro. Él es mi tutor legal, así que vino a acompañarme para hacer la entrega de mis diseños. Él vestía un costoso traje color blanco, gafas oscuras y —a diferencia de mi— su cabello estaba peinado perfectamente hacia atrás.

Debí haber aprendido de él cuando era mas joven, a Edwin siempre le ha gustado lucir así de elegante mientras que yo me acostumbré a lucir como matón de escuela.

Definitivamente he tomado malas decisiones en la vida.

—¿Podemos volver a casa?

Mi respiración estaba comenzando a entrecortarse. Sentía que me ahogaba y después de ver cómo se mueve el folder en mis manos pude saber que estaba temblando.

Recuerdos de las voces de mis padres diciéndome lo fracasado que soy y hablando sobre la basura que dibujo habían comenzado a reproducirse en mi mente.

No debería estar aquí.

—Hey, respira —la voz de mi hermano sonaba tranquila, era reconfortante—. Estuviste trabajando duro todos estos días, así que no dejaré que te asustes ahora.

—Pero, ni siquiera son buenos diseños, de seguro me van a descalificar. Intenté creerme que puedo ganar diciéndole a todos que lo haría pero no puedo, ni siquiera sé qué es lo que tengo que hacer al cruzar esa puerta.

—Para eso estoy aquí —dijo Edwin. Él puso sus manos sobre las mías y me miró con una sonrisa—, es el deber de un hermano mayor cuidar a su hermano menor.

—Pero... ¿y si hago algo mal?

Me sentía inseguro.

No sé como hay personas tan geniales como Dwade que tienen tanta confianza como para creer que realmente pueden alcanzar sus sueños, que están tan seguros de si mismos que incluso te transmiten esa confianza y llega el punto en que sabes que lo lograran sin lugar a dudas.

Yo no soy así.

Soy indeciso e inseguro, digo que puedo hacerlo pero termino engañando a todos menos a mí.

—¿Quién decide eso? —mi hermano levantó sus gafas para acomodarlas en su cabello, ahora podía ver directamente esos ojos que bajo la luz directa del sol lucen brillantemente de color rojo— Lo que está bien, lo que está mal, eso lo decide cada persona. ¿Hiciste tu registro en línea?

—Si, lo hice a unos días con Dwade.

Si, Dwade.

Él no ha parado de animarme desde que vio mis bocetos por primera vez.