Capítulo 47 - La certeza

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María

- En cuanto salgas, escríbeme por favor, le pidió Drake despidiéndose.

- Qué si amor, te lo prometo, le repitió por novena vez en lo que llevaban de día.

No sabía exactamente cuántas veces le había repetido a Drake que estaba bien desde que habían vuelto de Marrakech, pero su prometido, no había dejado de insistir en que debía ir al médico y finalmente, solo para que dejase el tema, había accedido a pedir cita... y en contra de lo pensaba, había tenido la "suerte" de conseguir un hueco en la consulta para esa misma mañana.

- Ojalá poder ir contigo pequeña cabezota, añadió Drake mirándola con ternura ante su gesto de enfado.

- Qué no me va a decir nada malo tonto, le respondió con convicción. No sé cómo hacértelo entender...

Ante la cara de desaprobación que puso Drake a sus palabras y antes de dejar que la respondiera con alguna de sus ocurrencias, decidió hacerle callar, y lo hizo de la misma forma que solía hacer él con ella, besándole.

- Te quiero gruñona, le dijo Drake intentando recuperar el aliento.

El beso ha funcionado - pensó sonriendo.

- Yo más, pesado - le respondió mientras veía como se bajaba del coche.

Le encantaba que Drake se preocupase tanto por ella, no lo podía negar, pero la verdad era, que, si se había negado a ir, no era por cabezonería, era porque realmente ya se sentía mucho mejor. Las náuseas habían desaparecido por completo y estaba convencida de que lo que les había sentado mal a ambos, era algo que habían comido.

Arrancando el coche, después de verle entrar en el centro de rehabilitación, se dirigió directamente hacia su casa, quería dejarlo aparcado allí antes de ir en busca de su madre.

Había quedado con ella para desayunar y aprovechando que el centro de salud estaba al lado, la podría acompañar.

- Estás preciosa cariño, le dijo Clara nada más verla. El aire de Marruecos te ha sentado bien.

Riéndose ante esa afirmación tan poco acertada, el abrazo fuerte, la había echado mucho de menos.

Su madre, respondió al abrazo con la misma intensidad, parecía que, en vez de unos días, llevaban meses sin verse.

Agarrándola del brazo como siempre hacían, se encaminaron hacia el centro de salud.

De camino, le explicó con detalle lo que le había pasado en el viaje y su madre, para no variar, se indignó en cuanto la escuchó decir que le parecía una pérdida de tiempo ir al médico.

- Drake tiene razón, deberías haber ido al hospital allí María - la dijo sentenciándola con la mirada. Estas cosas no se pueden dejar.

- Sois unos pesados, ¿lo sabes no?

- Encima que nos preocupamos por ti, la riñó Clara intentando disimular una sonrisa.

Cuando entraron a la sala de espera, Julián, que era como se llamaba su médico, ya la estaba esperando.

- Clara, pasa tú también si quieres, le dijo a su madre.

El doctor llevaba tratándoles desde que ella y Pedro eran pequeños así que después de tantos años, entre ellos había mucha confianza.

- No, no, que pase María, yo estoy esperando a que Fran me llame, ahora me contáis, le respondió su madre con una sonrisa, mientras se sentaba en una silla.

En cuanto pasó a la consulta, le explicó a Julián lo que le había pasado, y para su sorpresa, lo primero que hizo al escucharla, fue darle un pequeño botecito de plástico.

Llévame a la luna y abrázame en el caosWhere stories live. Discover now