Capítulo 4 - Ilusión

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María

Drake le había preguntado por qué no sonreía en las fotos y no estaba preparada para explicarle a nadie sus motivos, sería exponerse demasiado.

Puede que fueran imaginaciones suyas, pero creyó ver en ese mensaje mucho más de lo que a simple vista parecía. Era como si aquel desconocido de ojos azules supiera que hacía tiempo que no lograba sonreír de verdad. Como si supiera, no sabía cómo, que algo en ella no estaba del todo bien.

Deja de imaginarte cosas se replicó mentalmente, Drake solo quiere seguir con la conversación, no conocer cada detalle de ti.

Así que, dejando de lado esos sentimientos encontrados, le contestó:

- Si te lo cuento, pierde la gracia. Tendrás que averiguarlo.

En el fondo, una parte de ella, quería que alguien supiese sus motivos, el porqué de su seriedad, el motivo por el que tenía aquella coraza... pero no podía permitirse volver a abrir su corazón y menos ahora que su "amiga", la ansiedad, le estaba ofreciendo un pequeño descanso.

Cli cli

Esta vez no era Drake, era un mensaje de Lola en el grupo que compartían.

- Bonitas mías, ¿qué tal va el domingo? Les preguntó.

- Acabo de amanecer respondió Sara, la noche fue larga, las escribió añadiendo un emoji de un fuego.

- Uy uy, cuéntanos, escribió Lola.

- María, ¿estás ahí?

- Aquí estoy bombones, estaba esperando tu audio de media hora respondió. Para contarnos tus aventuras sexuales.

- ¿Y si quedamos esta tarde? - preguntó Lola.

- No puedo, respondió Sara al momento, he quedado con mi padre, llevo 3 semanas sin subir a verle al pueblo y creo que ya toca.

- Por mi perfecto - respondió María a Lola. Pero algo tranquilo por favor, que yo sigo en pijama. Sarita no va a ser lo mismo sin ti - añadió al leer el mensaje de su amiga.

- ¿Y si voy a tu casa y vemos una peli? Propuso Lola.

- ¿Quieres recordar viejos tiempos?

Cuando eran unas adolescentes, todos los domingos se sentaban en el sofá de su casa, con una legión de gominolas, dispuestas a ver películas de amor.

- Por supuesto, yo llevo los regalices y las patatas fritas contestó.

- Podéis dejar de darme envidia, brujas - respondió Sara. Vais a echar de menos mis comentarios en cada escena de sexo.

Cli cli, volvió a sonar su teléfono.

Notificación de Instagram, era Drake.

Ilusionada, como hacía tiempo que no lo estaba, abrió el mensaje.

- Encantado de descubrirlo. Pero, ¿me lo vas a poner difícil?

Con una sonrisa tonta en los labios, le respondió:

- ¿Te asustan los retos?

La conversación, sin quererlo, se estaba poniendo interesante...

Poniendo el iPhone a cargar, pensó en que Lola llegaría sobre las 6, así que tenía tiempo de disfrutar de otra siesta épica como la del día anterior... pero al soltar el teléfono, pensó que quería seguir hablando con él.

Hacía tanto tiempo que no se ilusionaba con nada que se había olvidado por completo de la emoción que se sentía.

Drake

Llévame a la luna y abrázame en el caosМесто, где живут истории. Откройте их для себя