Capítulo 8 - Y se dejaron llevar...

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María y Drake

María acercó su boca a la de él, tentándolo, pero no le llegó a besar. En cambio, cuando Drake intentó hacerlo, ella se echó hacia atrás.

- María... susurró Drake observándola alejarse.

Ella sonrió al escuchar la forma en la que Drake había dicho su nombre y juguetona dio dos pasos hacia atrás.

- ¿A dónde vas? Le preguntó desconcertado.

- Ya te he dicho que no me voy a ninguna parte...

Drake la miraba con deseo, no sabía lo que estaba haciendo, pero no la podía dejar de mirar.

María se estaba sonrojando, y eso solo hizo que él la desease aún más.

Entonces, la vio agacharse y empezar a quitarse las botas, despacio y solo un segundo después, con ellas ya quitadas, vio como comenzaba a bajarse las medias con la misma lentitud.

Dios, me está intentando volver loco, pensó al verla. Recorrió su cuerpo con la mirada, tenía las piernas perfectas.

María no quería mirarle o probablemente al ver sus ojos cristalinos fijos en ella, no podría continuar.

Él, tentando de acercarse, decidió imitarla y dejarla jugar.

Drake empezó con el mismo ritmo lento, primero un zapato, después otro. Llegó el turno del pantalón y María que hasta entonces había estado concentrada en quitarse su ropa, levantó la cabeza para mirarle.

Tenía su falda en las manos y al ver lo que Drake estaba haciendo, paró. Quería fijarse en cada detalle...

Sus piernas musculadas sin pantalones, en cómo empezaba a levantarse el jersey... y de forma inconsciente, atraída como un imán, acortó la distancia que los separaba y se puso frente a él.

- Te deseo, le dijo susurrando al oído.

- Por favor, dime que puedo besarte fueron las únicas palabras que Drake logró articular.

Este la miró buscando su aprobación y María asintió, ansiaba volver a sentir sus labios y dejó que fuese él quien llevara la iniciativa en esta ocasión.

Fue un beso lento, pausado, cargado de intención.

Saltaban chispas.

Ninguno de ellos había sentido algo igual.

A ese beso le siguió otro más y otro.

No dejaban de demostrarse con esos besos las ganas que tenían.

- Ven conmigo, le pidió Drake. Su tono fue autoritario y primitivo, cargado de deseo.

María instintivamente le siguió.

Estaban en la habitación. Drake se quitó el jersey de un solo movimiento y María se mordió los labios mirándole, tenía los brazos fuertes, decorados con tres tatuajes y por más que lo intentaba, no terminaba de creerse al hombre tan espectacular que estaba viendo. Quería acariciar cada parte de él, quería comprobar que era real.

Con sus manos, tocó su pecho desnudó, sus brazos y con un dedo, siguió la línea de sus tatuajes...

Drake con cada caricia sentía que podía arder.

- Me estás volviendo loco, le confesó con la voz entrecortada.

- Demuéstramelo le respondió María con la misma voz.

Esta vez, él la besó de tal forma que hizo que María temblase y tras una infinidad de caricias, juntos, se terminaron de desnudar.

Drake tumbó a María sobre el sofá.

Llévame a la luna y abrázame en el caosजहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें