Capítulo 14 - Sorpresas

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María

Drake la estaba esperando abajo, en su precioso Ford plateado.

A la velocidad de la luz, se cambió, leggings deportivos azul cielo, sudadera blanca, las zapatillas que solía usar para entrenar y estaba preparada para el plan sorpresa.

Mierda, necesito ropa para cambiarme después pensó. Iba tan deprisa que seguro que algo se olvidaba.

Metió un pantalón vaquero, un jersey y sus zapatillas favoritas en una enorme mochila que encontró dentro de su armario.

Cuando estaba a punto de salir por la puerta, fue corriendo a la habitación de su hermano.

- Pedrooooo, quítate los cascos le dijo apresurada.

- Dichosos los ojos sister, mucho me tienes que contar ¿no? Contestó a su hermano sin quitar los ojos de su ordenador.

- Mucho, mucho, muchísimo le respondió sonriendo. ¿Puedes avisar a papá y a mamá que volveré mañana?

- ¿Cuándo le voy a conocer? Ya te dije que le tengo que avisar, aún está a tiempo de salir corriendo.

- No te soporto tío le respondió dándole un golpe en el brazo.

- Únete al club con tu amiga Pocahontas contestó Pedro riéndose.

Drake

Esperaba que a María le gustase la idea, lo de hacer planes en pareja no era lo suyo. Más que nada porque nunca los había hecho.

- Ya estoy aquí dijo María abriendo la puerta del coche.

- ¿Vienes de correr una maratón pequeña? Contestó mirándola.

- ¿Tú también te has levantado gracioso? Respondió María poniendo los ojos en blanco.

- ¿Quién más está gracioso? Le preguntó con curiosidad.

- Mi hermano.

De camino a su gimnasio, María le contó lo que le había dicho Pedro.

No sabía por qué, pero tenía la sensación de que le caería bien.

- Tengo que pensar que le respondo, para cuando me lo diga a mí la contestó sin poder evitar reírse.

María

Pensando en lo que acaba de decir Drake, no se dio cuenta de que ya habían llegado. Estaba más centrada en que, en algún momento, su novio conocería a su hermano.

Novio que bien sonaba esa palabra.

Imaginar a Drake y a Pedro juntos, la hizo sonreír.

- Hemos llegado preciosa.

Miró a su alrededor con cara de sorpresa, estaban fuera de lo que parecía ser un pequeño gimnasio.

- ¿Preparada para subirte al ring? Preguntó Drake entusiasmado.

- Ya se lo que quiero cuando gane le respondió guiñándole un ojo.

El gimnasio era muy pequeño, solo tenía un ring, cuatro o cinco sacos y un gran espejo. Le encantó, se sentía como en una película antigua de boxeo.

- No tengo guantes le dijo al salir del vestuario.

- Estos son para ti le respondió Drake, eran míos.

- ¿Puedo quedármelos? Respondió emocionada.

- Tendrás que ganártelos contestó Drake retándola con la mirada.

Después de ayudarla a vendarse las manos y colocarse los guantes, subieron al ring.

- Din din dijo Drake simulando el ruido de una campana.

Llévame a la luna y abrázame en el caosWhere stories live. Discover now