-Disculpen, pero sería bueno que el señor se relajara un poco más... Luce algo... Extraño.

Girándote y levantando la vista hacia él, constataste que efectivamente Levi lucía una expresión forzada, intimidante incluso; como si en cualquier momento fuese a sacar un cuchillo para ir a apuñalar la cámara. Una expresión similar a la que le habías visto llevar en esa fotografía que tenía junto a Farlan Church e Isabel Magnolia. A él no le agradaban las fotografías.

-¿Estás insinuando que no te gusta mi rostro, pedazo de mierd-...? ¡Mfh!-

Levi intentó responderle, su expresión volviéndose aún más aterradora antes de que le estampases una de tus manos contra su boca, acallándolo cuando Dánae comenzó a sonreír. Con unos cuatro meses de edad, habías comprobado que efectivamente la niña sabía identificar las groserías de su padre.

-¡E-Está bien! ¡Por favor intente tomarnos otra! Solo estamos algo nerviosos...

Te excusaste y, tras asegurarte de que el camarógrafo se perdiese bajo la cortina, tomaste a tu esposo por su corbata, halándolo hacia abajo para acercarlo a tu rostro. 

-¡Él solo quiere decir que te relajes, Levi! No tienes que asustarlo.- Lo reprendiste en susurros tensos. -Ya relájate y cambia un poco el rostro.-

El Líder de los Soldados te miró como si estuviese fastidiado de tus estupideces. -Esta es la única cara que tengo, idiota. ¿Cómo demonios sugieres que la cambie?-

Bufaste cansada. ¿En verdad serías capaz de salir cuerda de allí? Te mantuviste pensando en la respuesta para su exigencia hasta que de pronto, le clavaste la mirada, sonriéndole radiante. 

-¡Acércate!

Le pediste, y cuando lo hizo, estampaste un beso sobre sus labios, sorprendiéndolo y alejándote antes de que pudiese ser capaz de siquiera reaccionar.

-Te amamos.- Susurraste con los ojos brillantes, notando como los suyos se abrían asombrados por alguna razón antes de que te giraras hacia el camarógrafo. -¡Ya estamos listos!

Unos segundos después, de nuevo la luz cegadora se disparó hacia ustedes.


  


Sereno, altivo, poderoso y confiado. 

Casi como si fuese un ser no terrenal, una suave y casi imperceptible sonrisa saliendo de sus labios mientras los ojos como espadas se clavaban en la cámara y su mano sujetaba tu hombro, posesivo, protector. La expresión de Levi en la imagen te dejó sin palabras, tan radiante que sentiste que Dánae y tu habían sido opacadas por su presencia en la fotografía.

-Tch. ¿Acaso me veo mal?

Dejaste las dos fotografías sobre la mesa mientras buscabas algo en el interior de tu chaqueta. -Tu expresión... Solo me pregunto en que estabas pensando...-

Él tardó un largo minuto en responder, picando suavemente con su dedo una de las mejillas infladas y tiernas de Dánae, observando curioso como ella lo miraba de regreso con los ojos ligeramente desenfocados, moviendo sus manitas hasta sujetar su dedo, sin soltarlo. Le habías escuchado decir antes que comenzaba a adoptar ciertas expresiones faciales tuyas.

-... Solo pensaba que soy afortunado.- Tu mirada se clavó en él, pero no te la devolvió, sino que continuó observando como la bebé sujetaba su dedo con fuerza. -En toda mi vida, jamás me hubiese siquiera imaginado estar así como estamos ahora. Jamás hubiese siquiera soñado el tenerte a ti y a Dánae...-

Conmovida por sus palabras, sonreíste suavemente y terminaste de sacar aquello que habías buscado en tu chaqueta, tomando la fotografía más pequeña de las dos que te habían entregado, recibiendo la mirada curiosa de tu esposo.

-¿Qué haces?

-Ya lo veras.

Unos minutos después, protegida dentro de un cristal, la versión pequeña de la fotografía yacía dentro del collar portafotos que habías comprado tiempo atrás, mientras aun estabas con tus hermanos. Te acercaste a Levi y dejaste el collar sobre su mano, mostrándole el grabado en la plata, un par de alas en relieve, y la fotografía de los tres dentro del dije.

-La fotografía grande la conservaré yo.- Explicaste antes de cerrar el dije, tomando la fotografía grande y guardándola en el interior de tu chaqueta antes de sujetar el collar por la cadena y ponérsela a él en el cuello. -Esta es para ti. Feliz cumpleaños.-

Levi te miró de una forma que no supiste reconocer por un rato mientras tú le sonreías, tomando el dije con su mano, mirándolo por un segundo y volviendo a mirarte. Efectivamente, era la tarde del veinticinco de Diciembre y al parecer él lo había olvidado por completo. Estaba allí contigo solo porque su equipo y él habían pasado cerca del camino y había aprovechado la oportunidad para llegar a verlas a ti y a Dánae. Probablemente para el día siguiente tendrían que partir y no sabías cuando volverías a verlo.

-Tch...- Él chasqueó la lengua, y por un minuto notaste como el hielo en su mirada parecía derretirse, sujetando tu muñeca y halándote para que te sentaras en una de sus piernas, sujetando a la bebé con su otro brazo mientras acariciaba tu espalda, acercando su rostro al tuyo. -Eres una tonta...-

Rodeando su cuello con tus brazos con aire juguetón, te acercaste y arreglaste su cabello aun peinado hacia atrás, regresándolo a su estilo original antes de besarlo, escuchándolo suspirar contra tu boca, contento. 

-Al menos podrías decir que me amas en vez de insultarme...

Sus mejillas se tornaron rojas y cálidas ante ello, mientras tú te separabas y le sonreías. Él jamás te había dicho claramente, sin recato o disfraz alguno, que te amaba. No eras idiota para no haberte dado cuenta de ello antes, pero tú lo sabías, sabías que te amaba... Tanto como tú lo amabas a él.

-Tú me lo has dado todo.- Afirmó con convicción, sus mejillas encendiéndose aún más, pero sin apartar sus orbes azuladas de las tuyas. -... Juro que algún día voy a devolvértelo todo y aun mas, Diamant D'Hiver... Incluso si tengo que darte mi vida.-

Mientras él sujetaba tu nuca y te inclinaba para que volvieses a besarle, tu corazón se estremeció dentro de tu pecho por alguna razón gracias a esas palabras. Dánae, aun cuando nunca lloraba cuando estaba entre los brazos de Levi, repentinamente comenzó a llorar.

Roulette Of MemoriesWhere stories live. Discover now