Reto al Líder

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-¡Esto es muy estúpido, Snezhinka! ¡Esta no es la manera de resolver las cosas!- Escuchaste a Alex tartamudear tras tuyo. –¡¿Es que acaso ustedes dos no maduran?!-

-¡Ya deja de ser tan escandaloso!- Respondiste crujiéndote los nudillos, sin poder ocultar la sonrisa torcida que comenzaba a recorrerte el rostro cuando por fin llegaron al patio de la base, aquel en donde se practicaban los entrenamientos diarios. A esas horas muy pocos soldados pasaban por allí, así que decidiste que ese sería el lugar de tu "encuentro" con Lucius White.

Sin dejar de caminar te sacaste la chaqueta, lanzandola al lado contrario de donde tu rubio amigo lanzó la suya al mismo tiempo, sin detener sus marchas hasta llegar al centro del patio donde se detuvieron a tres metros uno del otro. Lucius te sonrió torcidamente y tú le devolviste el gesto con ojos expectantes, desabotonando ambos sus camisas hasta que sus torsos quedaron desnudos, tu busto cubierto apenas por un apretado vendaje.

-¡¿P-Por qué te has quitado la camisa?!- Chilló de nuevo tu otro amigo castaño, con las mejillas rojas de vergüenza. –¡Ya no eres una niña y no estamos en Karanes! ¡Ten algo de decencia, eres una señorita! ¡No deberías mostrar la piel sino hasta que estés casa-...!-

-¡Ya cállate!- Rugieron Lucius y tú al mismo tiempo, haciendo a Alex "Voz de la Razón" Lawson callar. Lanzaron las camisas hacia Magnus, quien se había ofrecido como referi de ese encuentro, y te pusiste en posición: Puños en alto y al frente, piernas firmes, la mirada fija en el muchacho rubio parado en la misma posición frente a ti.

Determinada a vencerlo.

-Ya que mi hermano mayor es un idiota y quiere ser nuestro líder este año, se realizará el "Reto al Lider". Ya saben las reglas: Nada de golpes bajos o en la entrepierna, nada de piquetes en el ojo, mordidas o pellizcos, todo lo demás es válido a excepción de intentar matarse. ¿Bien?- Les recordó el gemelo menor, alternando su mirada entre su hermano y tú, asintiendo cuando ustedes lo hicieron antes de alejarse. –La pelea acaba cuando uno mantenga al otro en posición de sumisión durante al menos diez segundos.-

Clavaste tus ojos en Lucius, tensando los músculos. Había pasado tiempo desde la última pelea que habían tenido durante su tiempo en la academia. Siendo la líder de la "Banda de Psicópatas" como habían sido apodados entre sus compañeros cadetes, cada año eras puesta a prueba en una pelea para ganar el puesto de líder, habiendo ganado esas peleas por al menos cuatro años consecutivos... Pero nunca se estaba seguro de ganar con el mañoso Lucius White.

-¡Nada de contenerte!- Le gritaste desde tu sitio.

-¡¿Por qué tendría que hacerlo?!

Tu sonrisa se ensanchó.

-¡Peleen!

Ambos se abalanzaron sobre el otro, corriendo con la suerte de ser tú quien dio el primer puñetazo justo en el ojo derecho. Quien daba el primer golpe siempre tendría ventaja. Sonreíste más ampliamente, sintiendo la adrenalina activarse y la emoción de la pelea llenarte el cuerpo, haciéndote temblar mientras esquivabas los golpes de Lucius, quien a pesar de ser más alto y fuerte que tú, era ligeramente más lento y por ende fácil de esquivar. Sus golpes tan solo lograban, como mucho, rozarte.

-¡Vamos, vamos, Lucius! ¿No quieres ser el líder?- Preguntaste divertida, notando como su ceño se fruncía al notar lo rápida y ágil que eras cuando esta vez le conectaste una patada lateral en un costado, haciéndolo tambalearse ligeramente. Él te gruñó cual perro rabioso e intentó lanzar un puñetazo hacia tu estomago, pero tú lo esquivaste con facilidad, moviéndote a un lado.

-¡Ugh!

Un gemido entre sorprendido y adolorido se escapó de tus labios; habías reaccionado muy confiadamente y el puñetazo había dado en tu costado, enterándote de que los en antaño débiles y lentos puños de Lucius ahora se habían convertido en pesados y potentes golpes, haciéndote recordar al peso de un martillo sobre tus músculos. Te viste distraída por el descubrimiento, y lo siguiente que viste venir fue el puñetazo del gemelo contra tu ojo izquierdo, levantándote y lanzándote hacia atrás en el aire hasta que tu cabeza golpeó contra la tierra, cayendo en el piso.

Roulette Of MemoriesWhere stories live. Discover now