Cigarrillo

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Y allí se encontraban ambos, frente a frente al fin tras casi una semana sin siquiera dirigirse una mirada. Sus ojos color acero como el metal de las cuchillas que cortaban titanes, o tal vez azules como los cielos que surcaba, se clavaron en ti y no te costó nada devolverle una mirada idéntica desde donde estabas sentada, desafiante y firme...

-Buenas noches, Levi-Heichō.- Saludaste sin moverte del borde del balcón de la torre, y como siempre él jamás te devolvió el saludo. Pero si te sentiste un poco extraña al escuchar lo que dijo tras ello, la forma en que se dirigió a ti con...

-¿Qué demonios haces aquí, ....-Taichō?

Ese rango.


  ❄  


-Buenas noches. 

El piso sonó bajo la suela de tus botas mientras llevabas el puño derecho a tu corazón, saludando al Comandante Erwin Smith, la Segunda al Mando, la Capitana Hans Zoë y al Líder de Escuadrón Mike Zacharius que se reunían en la sala. Ellos te devolvieron una mirada, poniéndote nerviosa cuando parecieron sincronizarse solo para escrutarte con la mirada.

La verdad siempre te incomodaba un poco entrar al despacho del Comandante cuando ellos estaban reunidos porqué, por alguna extraña razón, cuando los veteranos se juntaban sentías que veías a las Santísima Trinidad de la Humanidad ante tus ojos: "Los Guerreros Legendarios" recordabas que Peter bromeaba a menudo cuando aun vivía. Esos cuatro incluyendo a Levi, quien esa noche no se encontraba allí, siempre estaban juntos y parecían complementarse entre ellos. Y por si fuera poco parecían estar siempre posando para una fotografía cada vez que abrías la puerta.

Erwin, sentado detrás de su escritorio con ambas manos sobre la mesa mientras uno de los esbeltos muslos de Hans estaba extendido sobre el espaldar del sofá de tapiz rojo que había a unos metros en la oficina en donde ella estaba medio sentada, en su mano derecha algunos papeles mientras que la izquierda colgaba muy cerca de donde Mike se encontraba sentado en el mismo sofá, los codos en las rodillas mientras limpiaba lo que parecía ser su equipo de maniobras. 

Los rostros de los tres superiores, siempre inconmovibles: La decisión y la valentía de los ojos azules, el brillo sediento, curioso y loco de los castaños y el mirar oculto tras los cabellos rubios se habían clavado sobre ti apenas te vieron entrar, y tu corazón comenzó a latir rápido, comparando aquella escena con la reunión de "Los Guerreros Legendarios" de los que hablaba Peter. 

Tú, con tu simpleza, definitivamente no cuadrabas en esa imagen...

"¿En qué maldito problema me he metido ahora?" Lloriqueaste mentalmente, pero te mantuviste impasible por fuera.

Repentinamente los tres personajes te sonrieron desde sus sitios mientras tú tragabas duro. 

-Jaja~ Mira tu cara, Diamant D'Hiver~.- Canturreó la única mujer del trío, brincando de donde estaba para acercarse a ti, que por inercia diste un paso hacia atrás intimidada aun cuando habías vivido casi cuatro años con ella y eras una de sus subordinadas predilectas. -Aun viendo a personas morir casi a diario, ¿Palideces al ver a tres vejestorios reunidos?-

Tú frunciste el ceño al verte siendo el objeto de su burla mientras ella cerraba la puerta, aun riéndose a quijada batiente a lo que a su vez Erwin soltaba una risilla y Mike bufaba divertido, continuando con el mantenimiento de su equipo. 

-Tenemos la misma edad que tú y dices ser joven, Hans.- Afirmó el Comandante.

-¡Ja! Puede que tengas razón con eso, pero ella apenas cumplió dieciocho hace unos días. Es una bebé en comparación a ti, viejo decrepito.- Se burló la Capitana, recibiendo una mirada molesta del rubio más bajo, arrancándole mas risas aun.

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