Vigésimo octavo encuentro.

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Ser ignorado ahora era la menor de sus preocupaciones.

Todo twitter y el internet estaba plagado de fotos de Camille dejando el hotel, a las primeras horas de la mañana, con un suéter de el. Los medios decían cualquier tipo de cosas.

Creían que aún seguían juntos. Creían que habían vuelto. Creían que eran amantes y se habían acostado. Esa última, justo esa última, era la real.

Se sentía como una mierda, por completo. Sabía que no había ningún tipo de trato explicitó con Eva, sin embargo, sabía que la había cagado de manera monumental y nisiquiera habia manera de esconderlo. La información estaba a la llegada del ojo de cualquiera que tuviera algo de él en su algoritmo, o incluso cualquiera que encendiera el televisor en el país.

Eran las doce del medio día y la resaca lo estaba matando, pero no era suficiente, merecía más dolor.

Había engañado a Eva y su confianza, se había bebido todo el whisky del minibar y había consumido al menos tres líneas mientras se enredaba con la mujer y brindaba con los demonios del pasado. La había cagado. No había forma de que pudiera resolverlo.

Miro a Jeffrey y este estaba con la cabeza metida en la computadora. El control de daños debía ser exorbitante, sobre todo cuando la prensa amarillista era la peor de todas. Imposible de comprar si tenía una noticia tan picante como esta.

Ya estaba en todos lados. Incluso aunque fueran compradas las fotos y la exclusiva, todo internet estaba replicando la noticia. No había vuelta atrás.

— ¿Qué podemos hacer, Jeff? —, mencionó, masajeando su cien con una mano, mientras que con la otra se servía una enorme taza de café negro, esperando que pudiera aliviar un poco de los estragos de su cuerpo.

— Ya has hecho bastante. Siéntate ahí y descansa. Te ves como te sientes, créeme.

La voz de su manager fue dura, sin embargo no podía culparla. Él había cumplido la promesa de volver, para cortar la conversación, sin embargo al momento de ingresar a la habitación de Harry, ambos se estaban enrollando en el sillón y había tenido que ver más de lo que quisiera. Estaba avergonzado, no solamente por el sexo, también por haber consumido, después de que habia salido de eso.

Sus dedos picaban. Necesitaba calmar la ansiedad, una vez más.

El haber vuelto a consumir no había sido en absoluto una buena idea. Parecía que su cuerpo aún la recordaba y ahora, volvía a pedirla. Había creído que solo era adicto a ella, ahora sabía que el mayor problema era Camille. Jamás podría decirle que no a ella.

— ¿Noticias del agente de Camille?

— Ese hijo de puta debe estar en las nubes. Por fin la perra esta aparece en todos lados, otra vez. Publicidad gratis.

— No hace falta que la llames así, Jeff, es una mujer —, intentó defenderla, sin embargo el rostro de su amigo no pareció estar de acuerdo.

— Harry ¿qué hay de Eva? —, pregunta el hombre y un enorme hueco oscuro se abre en el medio de su pecho —, Creí que las cosas iban serias con ella. Parece una buena chica, Harry ¿porque Camille?

El se preguntaba lo mismo, pero allí estaba, volviendo a la misma mierda autoinfligida de siempre. Se sentía aún peor que antes. Había dejado que sus inseguridades y su debilidad lo hicieran cometer el peor error, uno que Eva no merecía.

— ¿Habrá visto las noticias? —, le preguntó, ignorando las respuestas a sus preguntas.

— A menos que viva debajo de una roca, si Harry, ya las habrá visto —, mencionó, levantándose a tomar algo de agua y ofreciéndole a él, lo bebió. Necesitaba hidratarse y sacar todas las toxinas de su cuerpo.

In my dreams | Harry Styles.Where stories live. Discover now