In my dreams | Harry Styles.

Decimocuarto encuentro.

Aurora_ «Lamento la escena de ayer, estoy muy apenada, lo siento.»

El mensaje llegó alrededor de las 8:36 am, después de que Eva caminara como una loca por toda la casa, ahogándose en la vergüenza. Había estado exactamente 20 minutos leyendo el sin fin de mensajes que le había enviado al cantante, en su peor estado de intoxicación.

Dos minutos bastaron para que él respondiera.

Morfeo_ «Se me ocurren unas cuantas maneras de que te disculpes, aunque el haberte visto en ese conjunto pudo haber aliviado mi molestia»

Eva río, notando como los nervios burbujeaban candentes en su estómago, instándole a continuar esa conversación, con mejillas rojas y labios encarcelados en sus dientes.

Aurora_ «Ni siquiera recuerdo cuando me quite la ropa ¿o fuiste tú?»

Morfeo_ «El día que te quite la ropa estarás completamente consciente, créeme»

Sus mejillas se tiñeron de carmesí mientras intentaba no pensar, no imaginar, no fantasear, pero era imposible, su mente activa y dispersa, por los gajes del alcohol, no era para nada sumisa y las imágenes llegaron a su mente tan rápido como un recuerdo vivido.

Relamió sus labios, de pronto los sintió secos y necesitados, sin embargo su fuente de deseos estaba a varias millas de distancia.

Aurora_ «Deberías dejar de decirme esas cosas si vas a hacerme esperar hasta el fin de semana.»

Morfeo_ «¿Es una regla?»

Aurora_ «Estaba implícito en el trato sobre "NO VOY A BESARTE, EVA"»

Morfeo_ «No estudie leyes, aunque me hubiera gustado, pero estoy CASI seguro que en apéndice 4 dice algo "Aunque no te bese muero de ganas de hacerlo, te lo haré saber todas las veces que sean necesarias"»

Aurora_ «Quitarme la ropa es más que "No voy a besarte"»

Morfeo_ «Nadie dijo nada sobre donde quiero besarte ¿o si?»

Aurora_ «Eres increíble»

Morfeo_ «Me lo dicen mucho, pero viniendo de ti, es bastante impresionante»

Aurora_ «Y bastante egocéntrico»

Morfeo_ «Te escucho suspirando»

Aurora_ «Incorregible»

Morfeo_ «Increíblemente atractivo»

Aurora_ «Te dejare de responder»

Eva se rió tan alto que si no viviera sola posiblemente la mirarían como una loca.

Sonreírle al teléfono era malo, pero reírse y quedarse parada en medio de la sala, en ropa interior, con resaca y con las mejillas rojas se podría decir que era aún peor.

Miro la hora y maldijo a Harry por lo bajo. Debía ir a la universidad.

Se metió a la ducha y se encargó de quitar de su piel cualquier rastro de vergüenza de la noche anterior y mientras en sus parlantes aptos para el agua sonaba una canción que no conocía se preguntó si las cosas cambiarían una vez que se conocieran.

Aquella pregunta no sólo llenaba espacio en la ocupada mente de Eva, también estaba rondando en la de Harry, mezclándose con notas y letras no escritas, palabras que estaban intentando salir mientras plasmaba pequeñas frases inconclusas en su viejo cuaderno de tapa negra.

El castaño miró hacia la ventana y mientras bebía de su té, no tan británico como le gustaría, se comenzó a reír por aquella extraña opinión de Eva, respecto a lo obsesivos que resultaban ser en su país con aquella infusión.