Tercer encuentro

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Harry volvió a soñar esa noche, sin embargo fueron sus sueños habituales.

Desnudo dando un show, siendo perseguido por Simón Cowell vestido de payaso y otras cosas no tan perturbadoras como esa última.

Al despertar se encontró pensando en que era lo que había pasado con su mente que había sacado a Eva de forma tan repentina de su sueño, justó en medio de una conversación que pareció haberse quedado a la mitad.

El resto de su día se sintió algo cascarrabias.

Su ceño había permanecido fruncido y aunque intentaba encontrar unos acordes nuevos en su guitarra, mientras le acomodaba el cabello para el show, realmente no podía pensar en otra cosa que no fuera aquellos sueños extraños que tenía hacía dos días.

El show fue fantástico y casi se sintió un poco triste al tener que despedirse esa noche de Los Ángeles, sin embargo estaba emocionado por continuar la gira en diferentes puntos del país y el mundo.

Cuando la noche llego y estaba volando a otro punto de Estados Unidos y miro su outfit de viaje comenzó a reír, era un maldito demente, pero al menos estaría decente si esta vez iba a volver a ver a la doctora.

Su outfit consistía en un pantalón de lino y una camisa blanca con pequeñas líneas verticales en color verde, de manga larga y arremangada por encima de los codos, zapatillas planas color blanca y un gancho en su cabeza, sosteniendo su cabello corto. También lo decoraban sus anillos habituales y las cadenas en su cuello.

Se recostó en los cómodos sillones del jet y entonces cerró los ojos, sintiendo una leve pizca de cosquillas en su estómago al saber que probablemente se encontraría con la castaña y eso hizo que el sueño tardará en llegar.

Se removió, se recostó sobre su izquierda, sobre su derecha, boca abajo e incluso se había dado vuelta en el sillón, pero nada funcionaba. No había requerido tomar las pastillas desde hacía dos días, pero aparentemente debía tomarlas esa noche.

Gruño cuando se levantó frustrado y buscó en su cartuchera, sacando el pequeño frasco y tirando la pastilla en su garganta, sin requerir nada de agua, volvió a recostarse y se tapó con la manta que tenía el logo de la aerolínea.

— Maldita sea —, murmuró en sueños, debido a que aquella vez la escena no era el Central Park, si no que se trataba de un pequeño cuarto de escobas. — ¿Qué mierda es este sueño? —, se molestó, quitando de su hombro la escoba que estaba manchando su camisa blanca, la cual si traía puesta.

Tomó el picaporte y entonces salió a una pequeña sala, donde una cama de dos pisos y una pequeña cocina era todo lo que se encontraba, exceptuando a la mujer que estaba sentada sobre la mesada , con un café en la mano.

— ¿Qué diablos haces aquí? —, esta vez, ella fue la primera en hablar, mientras llevaba los ojos al cielo y los ponía en blanco.

Harry había notado que aquel era un gesto bastante común en ella, por lo que rió suavemente.

— ¿Dónde es acá, exactamente? ¿Qué hay del Central Park? —, el hombre tomó asiento en una silla para nada cómoda y tomó una manzana del frutero del centro, dándole un mordisco mientras observaba a la mujer, que nuevamente traía su traje de trabajo.

— Aparentemente hoy estamos en mi área de descanso. Lo bueno es que al menos estás vestido —, mencionó, escondiendo una risa detrás del café que llevaba a sus labios, logrando que el hombre se observa a sí mismo y riera, de la misma forma que lo había hecho anteriormente, en el mundo real, no en uno donde soñaba con una doctora.

— ¿No me prefieres sin camiseta? —, se burló, observando cómo la mujer arrugaba su nariz repleta de pecas y negaba con la cabeza, con una sonrisa divertida que alzaba sus comisuras. — Hoy estás de buen humor, que milagro.

In my dreams | Harry Styles.Where stories live. Discover now