Primer encuentro.

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La vida del hospital era complicada.

Eva estaba enamorada de su carrera y solo faltaba un año para poder graduarse y tener su título de cirujana, sin embargo, el sueño la estaba matando.

Su rutina diaria era algo que un médico categorizaría como "no sana".

Pero la mayoría de los médicos la tenía y ella no podía ser la excepción, sobre todo cuando estaba en sus primeros días de práctica en la zona de guardia.

Ya había cosido a más niños de los que podía contar con sus dedos, atendido ocho accidentes de tráfico, seis herido de bala y tenido que ayudar de urgencia en una amputación; esta última, no había sido nada agradable, sin embargo se sentía contenta de poder haber hecho la extracción sin ninguna dificultad.

También había participado como ayudante en varias cirugías programadas e incluso asistió en un parto ¿Por qué? Simplemente porque faltaba alguien en la sala a las 4 a.m., cuando casi todo el mundo estaba durmiendo, así que había pagado "derecho de piso" y se había hecho cargo de la situación junto con el partero de turno.

Sus compañeros eran un dolor en el trasero y sus superiores eran una mano inútil, con gangrena, que necesitaba ser cortada o al menos eso es con lo que ella fantaseaba mientras los escuchaba hablar con la nariz alzada y creyéndose más de lo que deberían.

Por supuesto que ser médico era una profesión que llevaba tiempo, paciencia, cerebro y vocación, pero aparentemente cuando los graduados llegaban a su año número diez de ejercerla, perdían esta última. Quedaba solo el cerebro y un ego que opacaba por completo cualquier rastro de aquel adolescente con sueños y la vocación de querer ayudar a las personas; que los había llevado a ser quienes.

Ella realmente esperaba que no llegara ese punto, por supuesto que quería llegar a su décimo año siendo una cirujana, sin embargo no quería perder la humanidad que la había llevado allí en primer lugar; porque entonces no habría forma de justificar las horas de sueño faltantes y los dolores de cabeza ocasionados por acordarse cada parte del cuerpo humano.

Cuando por fin pudo tocar su cama, sintió como todo su cuerpo se hundía en las sabanas y cada hueso de su cuerpo, sus músculos y su alma parecían agradecer un poco de amabilidad y cuidado.

Apenas recuerda haber cerrado los ojos cuando al abrirlos la imagen de su techo pareció transformarse en un cielo completamente estrellado.

«¿Me quede dormida en la calle?», fue lo primero que pensó, cuando se dio cuenta que su ubicación no era precisamente en su cama, estaba segura que en su casa aún no tenía una entrada económica para pagarse un departamento con balcón y mucho menos un patio.

Cuando comenzó a ver hacia el resto de la escena se encontró con el hombre que la había enamorado durante toda su adolescencia.

— Esto tiene que ser una broma —, murmuró y entonces vio que el hombre alzó una ceja, con diversión, mientras analizaba el traje de dos piezas de la mujer.

Hacía años había superado su crush con aquel hombre, sobre todo cuando los apuntes, los libros y las horas en la universidad le habían quitado las pocas horas de ocio que solía tener al día. Por lo que estar soñando con él era una sorpresa de la que definitivamente no podía recuperarse.

Lo más extraño era que Eva se sentía realmente despierta, como si fuera consciente de sus pensamientos, sus movimientos, su habla y su existencia. Sabía que estaba hacía un minuto descansando y ahora, estaba allí, observando al mismísimo Harry Styles en nada más que un pantalón de yoga.

— ¿Estoy soñando con una doctora? ¿Enfermera? ¿Stripper? ¿Qué se supone que eres?—, el británico fue el primero en hablar y Eva se sorprendió al verlo reírse, tan naturalmente que incluso creyó que lo estaba viendo en vivo y directo.

— Soy cirujana, bueno, lo seré. Pero este es mi sueño, no el tuyo. —, le respondió, levantándose del prado, observando el lugar donde estaban.

«¿Central Park? ¿Qué carajos?», pensó y rio como demente, observando el banco, los arboles y el parque mas famoso del mundo completamente vacío, excepto por el rizado en pijama a unos metros de ella.

— Este es mi sueño, cirujana, no el tuyo. Lo que no entiendo es porqué demonios estamos en Central Park.

— Es porque es mi sueño y vengo acá cada día, debo estar tan jodidamente cansada que mi mente sufrió un colapso y estoy soñando con Harry Styles sin camiseta. Esto es una locura. —, murmuró, caminando de un lado a otro, balbuceando, bajo la mirada divertida del sujeto que aún estaba acostado con su espalda pegada a la corteza del árbol. — ¿Debería ir al psicólogo? ¿Es algún tipo de retroceso?

El hombre comenzó a reírse y entonces la mujer le puso atención, completamente fuera de sí misma, con sus ojos océanos completamente abiertos y su cabello de rulos completamente despeinado por habérselo tironeado, nada amablemente, en medio de su crisis.

In my dreams | Harry Styles.Where stories live. Discover now