la academia distrital melancholy a primera vista puede aparentar ser como un colegio común y corriente, pero al cruzar la puerta se conocen muchas historias, la de cada alumno, la de sus amigos, la de los profesores y hasta la de sus familias. serim...
matthew subió las escaleras y se encerró en su habitación, sonriendo.
si su padre supiera que en realidad con quién había pasado una tarde increíble fue con el profesor jiwoong... estaría muerto.
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—¡quiero que te largues! —yeonjung empujaba a kyungho fuera de la casa y tiraba sus cosas a la calle—¿cómo te atreves a engañarme mientras mi hijo se está muriendo en el hospital?
—¡qué yo no te engañé!
—¡claro que lo hiciste!
—¿sabes la razón por la cual serim te dice esas cosas? —kyungho miró a yeonjung—porque nos quiere ver separados, él quiere tenerte.
—¡deja tus celos estúpidos y lárgate!
yeonjung lo sacó de la casa y kyungho se quejó.
—muñequita, hablemos.
yeonjung le cerró la puerta en la cara y comenzó a tirar sus demás cosas por la ventana, causando un sentimiento de rabia en el hombre.
—¡qué te pasa, loca!
kyungho tomó sus cosas como pudo y caminó, debía encontrar un lugar para dormir.
maldijo en voz baja, todo era culpa de ese serim.
pero se las pagaría.
decidió ir al hospital donde se encontraba jungmo y darle una pequeña visita.
en el lugar ya lo conocían, así que lo dejaron entrar sin más.
—que lástima que no estás para ver como tu mamá me saco de la casa... —susurró y se rió, acariciando su rostro—ahora que estás aquí, no puedes hacer nada para defenderte.
el hombre recorrió el cuerpo de jungmo con sus manos, buscando alguna forma de desprenderlo de sus vestimentas.
en eso, la puerta fue abierta y kyungho se giró, asustado.
minhee tragó saliva.
sintió que debía salir corriendo.
—¿usted quién es?
—no sabía que jungmo tenía amigos tan bonitos.
el hombre se acercó a minhee, quien no pudo reaccionar.
—repito, ¿usted quién es?
—el padrastro de jungmo.
minhee recordó todo lo que wonjin le dijo y supo que definitivamente, debía salir corriendo.
antes que pudiera hacer un movimiento, fue tomando bruscamente de las muñecas.
—¡suelteme!
—¿por qué? solo quiero conocerte más... jungmo no tiene muchos amiguitos y menos uno tan guapo.
