— No. Ellos no lo eran. Pero ahora sé quiénes sí lo son. Y es todo gracias a ti. —Thomas se inclinó y lo beso suavemente, su lengua tibia deslizándose lentamente dentro de la boca de su amante, acariciando contra la suya. Rápidamente el beso pasó de ser uno de "agradecimiento" a uno de "preparémonos para follar". — Hazme el amor, cariño. —murmuro, contra los labios de Ethan. La forma intima, ronca y sexy en la que las palabras fueron dichas y el aliento caliente de Thomas golpeando contra sus labios húmedos, dejaron piel de gallina a su paso. La intensa mirada azul de Thomas estaba fija en él, tan intensa y necesitada.

Ethan solo tardo un segundo en darse cuenta de lo que Thomas le estaba pidiendo. Lo que realmente le estaba pidiendo.

Maldita sea. Habían hablado muchas veces acerca del cambio de roles, pero solo maldita sea. Ethan no creyó que Thomas sentiría la necesidad de hacerlo en ese mismo momento, o en cualquier momento cercano a decir verdad. Se sentía como demasiado pronto. Demasiado rápido.

— ¿Estás seguro? —pregunto, mirando fijamente los ojos azules de Thomas. — Porque este es un gran paso para ti y no quiero que hagas nada para lo que no estás preparado y-... —Thomas lo interrumpió con un beso antes de que Ethan pudiese seguir balbuceando.

— Lo quiero, cariño. Por favor, no me lo niegues.

Ethan lo miro por un segundo antes de cerrar sus ojos y tomar una respiración temblorosa. Había pospuesto esto por una razón en específico, y era porque estaba aterrado de no ser suficiente, ¿y si a Thomas no le gustaba? ¿Y si hacia algo mal? ¿Y si-...?

— No lo pienses tanto. —Thomas interrumpió su tren de pensamientos caóticos.

— ¿Y si no te gusta? —pregunto. Thomas sonrió.

— Tendremos que averiguarlo. —dijo, deslizando sus manos en la mandíbula de Ethan. — Pero Ethan, no hay nada acerca de ti, que no me vuelva loco. Ese debería ser un buen comienzo, ¿no es así?

— De acuerdo. —asintió. Su fachada externa no reflejaba los sentimientos caóticos que estaban sucediendo dentro de su pecho. Se sentía como un maldito virgen en su primera vez, totalmente fuera de lugar y perdido, aunque no fuera ni remotamente nuevo en el sexo con otro hombre. 

Tomando su mano, Ethan lo guio escaleras arriba hasta que llegaron a su habitación. Él estaba tan nervioso, como aquella vez que Thomas lo había llevado al yate la noche de su graduación. Había pasado demasiado tiempo desde aquella noche, pero repentinamente Ethan se sintió como un adolescente.

— He estado toda la noche pensando en lo divertido que sería quitarte estos. —dijo Thomas en tono bajo, tomando uno de los tirantes de Ethan en su dedo y estirándolo para que regresara al cuerpo del hombre. Riendo, Ethan extendió su mano, deshaciendo el moño que adornaba la garganta de Thomas y procediendo a desnudar al hombre con extrema paciencia mientras sus bocas se unían una y otra vez en una lucha constante por el dominio de la boca del otro.

— Luces demasiado sexy de esta forma. —murmuro Ethan, empujando a un Thomas deliciosamente desnudo a la cama.

Ver a Thomas siempre era un espectáculo para los ojos, ¿pero ver a Thomas sin nada encima? La boca de Ethan se hizo agua por querer probar al hombre por todas partes. Pero había una parte del cuerpo de Thomas muy en especial en la que Ethan quería poner su boca.

La majestuosa erección de Thomas sobresalía fuerte y orgullosa, contra sus abdominales duros y definidos. Extendiendo su mano, Ethan la tomo y sin previo aviso la capturo en sus labios. Debajo de él, Thomas se estremeció soltando un largo gemido y enterró las manos en el cabello espeso de Ethan, entregándose al placer de la boca caliente del hombre y el suave movimiento de succión, y a su lengua aterciopelada.

Mío [Entrégate, Libro 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora