047 ▪︎ "Te quiero, Ly."

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La de cabellos rubios se encontraba parada junto a la cuna improvisada de judith —Que se encontraba en el piso con la niña dentro.— y del otro lado, estaba carl. Ambos tenían sus armas en mano, apuntando hacia la puerta. No sabían que iba a pasar, pero debían proteger a la bebe.

Los chicos habían preparado una "emboscada" por llamarlo de alguna manera, para así poder atrapar a los idiotas que habían quedado de terminus.

Lo que le hicieron a Bob, era sumamente horrible y sin corazón. La rubia no lograba entender como había gente que fuese de esa forma, como no sentían culpa o asco almenos.

Ahora le tocaba a ellos. Ahora ellos no iban a sentir culpa o asco, solo querían acabar con eso para que nadie más tuviera que pasar por las manos de esa gente.

Sintió las voces del otro lado de la puerta pidiendo que se entreguen, como intentaban convencer al padre gabriel, pero no iban a conseguirlo.

Todo venía bien, pero judith comenzó a llorar.

La ojiazul se miro con carl, y rápidamente se agacho sin dejar de apuntar a la puerta—Usando solo una mano, quedando detrás del escritorio—, apoyando su mano libre en el pecho de la pequeña calmando su llanto.

Su respiración se había cortado y en el momento que escucho los disparos, pudo soltar el aire. Luego de eso, pudo escuchar la voz de rick y eso la hizo mirar a carl con una ligera sonrisa, porque parecía que todo estaba bien.

Carl alzó a la pequeña para entretenerla y que estuviera tranquila mientras que la rubia se acercaba a la puerta, abriéndola de forma ligera para poder ver lo que estaba pasando.

Era una escena fuerte, pero era lo que debían hacer en ese momento y no había otra opción. Cerro nuevamente la puerta, quedándose con los niños hasta que todo terminó.

—Ya puedes salir, rubia.—Murmuro la colorada desde el otro lado de la puerta y la contraría, no tardo ni un segundo en abrir la puerta.

—Tienes la cara un poco sucia.—Le dijo con diversión, viendo las manchas de sangre en el rostro de su amiga.—¿Todo esta bien ahí afuera?—Pregunto antes de salir con los niños.

—Si, todo está bien.—Murmuro limpiándose la cara con la manga de su camisa.

Ojalá todo estuviera bien de verdad, pero la situación de Bob ponía a todo el grupo triste. Aparte de lo de su pierna, había sido mordido por un caminante cuando fueron por las provisiones y en una zona que no podían cortar, asíque solo les tocaba esperar.

—¿Podemos hablar un segundo, Ly?—Le pidió glenn, ganándose la atención del dúo de amigas.

—Si, claro.—Murmuro siguiéndolo hasta la parte de afuera. Ambos se sentaron en la entrada para poder hablar tranquilamente.—¿Qué pasa?—Consulto.

—Solo quería despedirme.—Murmuro en un tono bajo mientras jugaba con sus manos.—Porque hemos estado juntos desde el principio y aunque ya no estamos tan unidos, un día fuimos inseparables y no quería irme sin decirte que te agradezco por haber estado a mi lado desde que todo comenzó, por cuidarme la espalda en cada momento difícil que tuvimos y me encantaría quedarme.. quedarme y conocer a ese pequeño o pequeña, pero fue un promesa..

—Tranquilo, lo entiendo. Se que tienes que irte a Washington y a mi también me encantaría que te quedes con nosotros, pero espero te vaya super bien en esta nueva etapa.. y te agradezco también por cuidarme desde el primer segundo.—Murmuro apoyando su cabeza en el hombro del asiático. La ponía triste que ellos tuvieran que irse con abraham y su grupo.

—Te quiero, Ly.—Suspiro con tristeza.—No te das una idea de lo mucho que te quiero y lo mucho que voy a extrañarte.—Murmuro suavemente, entrelazando su mano con la de la rubia.

—Y yo a ti, glenn.

𝐼𝑁𝐸𝑆𝑃𝐸𝑅𝐴𝐷𝑂 𝐴𝑀𝑂𝑅 - Where stories live. Discover now