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Golpee ligeramente la pequeña mesa que había en la caravana, formando un ritmo con el ligero golpe de mis uñas sobre la madera. Levante la mirada encontrándome con la de shane, que estaba sentado adelanté mío. Un suspiro escapo de mi boca y deje de golpear la mesa.
—¿Qué?—Pregunte al ver que su mirada no se despegaba de mi.—Dime, shane.. ¿Qué pasa?
—No sucede nada, tranquila. Tienes un lindo color de ojos y es lo único interesante para ver aquí.—Murmuro él, tomándome por sorpresa.
—Oh.. bueno.—Susurre al no saber que decirle. Era atractivo, pero idiota y de esos no me gustaban mucho.—Gracias, supongo.
Nos encontrábamos de camino al CDC. Fue idea del sheriff. Nos pidió que confiaramos en él, que era un presentimiento o una mierda así, y lo hicimos, estábamos confiando en él, en rick grimes.
Él me daba confianza. Seguridad. Mucha más confianza de la que nos daba shane.
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Habíamos llegado a nuestro destino, pero todo a nuestro alrededor parecía abandonado hace tiempo, por no hablar del olor repulsivo que se sentía en cada rincón. Me acomode el pañuelo como siempre y sostuve mi machete en la mano derecha mientras caminábamos hasta el establecimiento del cdc, que también parecía abandonado hace mucho.
—No creo que haya gente.—Murmure cerca de rick, le hable de manera tranquila, no era su culpa, pero había sido un viaje en vano o eso parecía en este momento.
—Tiene que haber alguien, maldición!!—Exclamo él, con enojo o frustración, no sabía.
—¡Tenemos que irnos! No hay nadie aquí.—Intervino daryl con enojo. Lo mire por un momento.
—Tranquilo, rick, vamos a resolverlo.. pero debemos irnos.—Le hable, agarrandolo del brazo para intentar que me siguiera.
—Debe haber alguien, Ly.
—Lo dudo..
Él miro a nuestro alrededor buscando algo que le dijera que no se había equivocado al venir hasta acá, que no fue un error traernos.
–¡La camara se ha movido!. Se acaba de mover.—Grito él, tomándome por sorpresa. Levante mi mirada para ver si era cierto y eso parecía.
—Es imposible, debe ser automática.—Dijo shane, llevándole la contraría a rick.
—cierra la boca, shane. Se movió, eso debe significar algo.
—¡Abra maldición, hay mujeres y niños, nos ha condenado a muerte, abra la maldita puerta, por favor!—Grito nuevamente ignorando a shane.
—Vienen caminantes, tenemos que irnos.
Intentaba pensar que el movimiento en la cámara significaba que alguien estaba ahí adentró, pero las puertas seguían cerradas y teníamos que irnos.
—Vamos rick, no podemos poner en peligro a los niños.. se acabo.—Le dije viendo como todos comenzaban a darse vuelta para irse, pero antes que pudiéramos hacerlo las puertas se abrieron.
Nos iluminó una luz blanca que nos cegó por unos segundos de lo fuerte que era. Entramos sin dudarlo, dejando a los caminantes del otro lado. Un hombre apareció en una plataforma, era rubio y alto, parecía médico e iba armado.
—Hola.—Dijo ese hombre de manera tranquila.
—Hola.
Rick, fue el primero en hablar.
—¿Qué quieren?—Pregunto el médico.
—Una oportunidad.
Siguió hablando rick.
—Eso es pedir mucho, hoy en día.
—Lo sabemos..
Lo observe por unos segundos fijamente a los ojos porque algo en su mirada no me cerraba, algo me decía que no debíamos estar ahí y que esto no era una buena idea, ya no.
¿Sería una trampa? Porque lo parecía y eso me asustaba.
Decidí alejarme, poniéndome atrás de los demás, al fondo junto a dixon que iba observando todo a nuestro alrededor con desconfianza.
