♚Ꭼꮮ ꮮꭼꮐꭺꭰꮻ ꭰꭼ ꮜɴ Ꭺꮮᏼꭼꭱꮖꮯꮋ𓃠 [Genshin Impact]✿[Luckae] [✓]

🍁⁀➷𝕋𝕨𝕖𝕟𝕥𝕪 𝕤𝕖𝕧𝕖𝕟🍁

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¿Tienen un pasado bonito?

A veces, el pasado puede tener recuerdos bonitos, otras veces puede tener recuerdos malos. Momentos inolvidables... y momentos que uno quiere borrar a toda costa, ya sea por la vergüenza, el miedo, etc.

Para ustedes, ¿el pasado es importante?

Es algo que no se puede eliminar. Pero, lo que sí se puede eliminar... es el recuerdo.

Era pleno invierno. Aproximadamente las 23:49 de la noche.

Los copos de nieve caían y las ráfagas de viento azotaban cada rincón de Mondstadt.
En el ya conocido viñedo, donde vivían dos pelirrojos rodeados de sirvientas, las cosas no marchaban del todo bien.

—¡Diluc, te he dicho mil veces que tus clases de violín son importantes! —Crepus, el padre de Diluc. Vistiendo unos pantalones de mezclilla y una camisa blanca, empezó a gritarle al rebelde de su niño.

—¡Pero, papá! —Diluc, el hijo de Crepus. Vistiendo un pantaloncito negro y una camiseta gris con su pelo recogido, le devolvió el grito al mayor—. ¡Es algo absurdo y sin sentido!

Así era su día a día. Peleas, enojos, caprichos y regaños que consistían en no dejar salir a jugar al infante por varias semanas.

Ambos pelirrojos estaban en un extremo de la mesa, gritándose mutuamente. La comida servida por las sirvientas ya se había enfriado, ni ellas se atrevían a interrumpir aquella pelea por parte de sus amos, se mantuvieron escondidas detrás de una puerta, escuchando todo.

—¡Eres un niñato imposible!

—¡Entonces véndeme y cómprate un conejo!

—¡Al menos un conejo se comportaría mejor que tú!

Crepus golpeó fuerteme la mesa de madera con la palma de su mano. Logrando que su hijo, en vez de reaccionar asustado o ponerse triste, imitara su misma acción, dando un golpe igual de fuerte. Lo cual causó que a los pocos segundos se quejara del dolor que se había proporcionado él mismo.

Mientras el caos se estaba haciendo presente en aquel hogar, fuera de este, habían dos personas, un padre y un hijo, que estaban pasando por otra situación.

El moreno mayor, padre de Kaeya, estaba cargando al menor en su espalda.

Las ropas de ambos estaban rasgadas, el menor, Kaeya, tenía moretones y cortes por todo el cuerpo. Mientras que el mayor, tenía un par de rasguños en su rostro y algún que otro raspón en la rodilla.

—Kaeya, ¿estás bien? —La respuesta tardó en llegar, preocupando al mayor en gran medida y detuviendo su paso—. ¿Kaeya?

—¿Papá?