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Esta historia es cruda. Muestra una realidad cruel y áspera.
No esperes un cuento en donde dos chicos se enamoran y viven felices, no siempre acaba todo en color de rosas.
Kaeya tiene un secreto...
•¡Todo esto es unɑ mentiɾɑ!• 3:26 ━━━━━━━━❍─ -3:30 ↻ ⊲ Ⅱ ⊳ ↺ VOLUME: ▁▂▃▄▅▆▇ 100%
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—Adelinde, ¡¿tú lo sabías todo este tiempo?!
—Señorito Kaeya.
—¡¿Por qué no me lo dijiste?!
Al ver que su pequeñín había leído la carta de su padre, no tuvo más motivo para que la mucama siguiera escondida y entró al despacho de su amo, provocando que el moreno se sorprendiera al verla.
—Por favor, tranquilícese, déjeme explicarle todo. —Una sonrisa tétrica y macabra apareció en los labios de la mayor, inquietando al niño de tez morena.
—¡¿Por qué papá me dejó solo?! —El peli-azul comenzó a soltar saladas lágrimas de sus cristalinos ojos—. ¡¿A qué se refiere con eso de "príncipe"?!
—Tranquilícese, por favor, mi dulce Kaeya. —Se acercó a paso lento, el menor retrocedió asustado ante la cercanía de la mucama. Ella se arrodilló frente a él y alzó su mano para acariciar su cabeza, pero el menor se lo impidió.
—¡No me toques! —Antes de que su mano hiciera contacto con su cabecita, el peli-azul la apartó—. ¡No quiero que me toques, quiero que me expliques, ahora!
—De acuerdo. —Se sentó en el suelo, poniendo ambas rodillas juntas y sus manos al lado de sus piernas, mientras miraba fijamente al débil niño—. Señorito kaeya, usted, es el príncipe y futuro rey de Khaenri'ah.
El niño no dejaba de derramar lágrimas, sus piernas comenzaron a temblar levemente y soltaba quejidos de angustia ante lo dicho por la mucama del lugar.
—M-mentirosa. —Le costó hablar, su voz sonaba quebrada—. Quiero ir con mi papá.
—Me temo que eso no será posible, él está muerto, ¿lo olvidó? Esa Arconte lo mató.
Sus pupilas se dilataron, no quería creerlo, se negaba a creer la total "mentira" dicha por la mujer mayor, era imposible que su padre esté muerto, se negaba a confiar, se negaba a creerle.
¿No lo recuerdas?
—¡MIENTES! —Su voz retumbó por todo el lugar, haciendo que la forzosa sonrisa de la señorita Adelinde se desvaneciera—. Todavía le escribe cartas al señor Crepus, ¡él no está muerto!
—La única carta importante que recibimos por parte de él fue la que nos entregaste tú. ¿Recuerdas? El día en que te volviste parte de la familia, es precisamente la que tienes entre las manos. Después de eso, las demás cartas eran solo para saber cómo estabas tú.
—¡¿Y qué decía la última carta que llegó esta mañana?!
—La quemé, en esta misma habitación. Y la carta no era precisamente de tu padre, sino que de la Arconte Pyro. Diciéndonos que había cumplido con su deber, y que finalmente lo había encontrado y asesinado.