CAPÍTULO 22.- primer fragmento

Magsimula sa umpisa
                                    


—No, ese hombre está muerto y de su cuerpo no queda más que cenizas —le explico Theo con cautela, después de todo hablaba de su mate—, estas aquí por otro motivo.


Gunnar abrió muchos los ojos y señaló a los semidemonios.


—¡¿Hicieron un hechizo vinculante conmigo cuando estaba muriendo?! —Gunnar empezó a tocar su cuerpo—, ¡¿Ahora mi alma le pertenece a uno de sus demonios?!, ¡Hubiera preferido morir!


Bael tuvo que sujetar a Estefan del cuello de su uniforme para que no se precipitara sobre el hechicero.


—¡¿Cómo te atreves a siquiera creer que alguno de nosotros quisiera tu miserable alma?! —detonó Estefan señalándole con violencia—, ¡Si hubiera sido por mí también quemaba tu cuerpo al lado de la porquería de tu mate!


—Fui yo —intervino Liam—, usé mi poder para traerte de nuevo.


Gunnar miró por primera vez a Liam.


—Príncipe... —le hablo con respeto—, ¿Cómo...?, no siento rastro de magia oscura en mi o en usted.


—Es porque no he usado ninguna magia oscura —sonrió Liam—, no podría explicártelo porque yo mismo no entiendo esto, soy el único en mi clase, así que voy por la vida dando tumbos sobre lo que puedo o no hacer.


—Yo... —Gunnar no pudo evitar conmoverse—, ¿Por qué?, después de mi historia con ustedes, de mis crímenes pasados, ¿Por qué me salvarías la vida?


—Tu mismo explicaste que no fue tu elección servir a los hechiceros oscuros, además de que te sacrificarte para salvarnos a pesar de que nosotros éramos propiamente tus enemigos —Liam se tocó el corazón—, mi instinto me pidió que te salvara y lo seguí. Espero que puedas tener otra oportunidad en esta vida.


Gunnar estaba llorando.


—Su alteza real —Gunnar tomó sus manos y agachó la cabeza—, no sé cómo puedo pagarte esto. Es un regalo sin igual.


—No tienes que pagarme nada —Liam se sonrojó avergonzado—, no lo hice esperando nada a cambio, que tengas una vida larga y amena es suficiente para mí.





***





—Debí traerlos ahora mismo —Alan lucía amargado—, no puedo creer que nos dejaran al margen de esto.


—Alan —Jaime miró a su amigo—, no vamos a estar siempre para protegerlos, esto era algo que debían hacer.


—Todavía no —Alan negó con la cabeza—, aun les falta aprender demasiado, no están completamente listos.

THE RISE OF THE KINGDOM OF THE SUNTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon