—No es mi problema —Jackson declaró, mirando al chico a los ojos.

El atleta estrella fue a alejarse, hasta que Scott extendió la mano para que chocara contra el metal. Jackson se detuvo, sin mirar a los ojos del hombre lobo mientras hablaba. —Tú también eres su amigo. Lo eres. Todo ese tiempo que pasaste con ella para llegar a mí, no puedes decirme que no llegaste a conocerla y a gustarte. Es Allison.— Dijo al final como si fuera obvio—. Es imposible que no te guste.

Adrian creyó ver una grieta en la cara de Jackson mientras Scott continuaba.

—No puedes decirme que no te importa si sale herida.

—¿Y si me hacen daño? —preguntó Jackson.

—Entonces vale la pena —Scott responde rápidamente.

El jugador de lacrosse de ojos verdes negó con la cabeza. —Para mí no. —Luego pasó a empujones junto a los tres, alejándose y saliendo de los vestuarios.

Stiles exhaló una vez que se había ido, los tres miraron hacia donde iba Jackson. —Bueno, no debería decir que se los dije. Porque no es lo suficientemente fuerte. Qué tal, yo siempre tengo razón, y tú deberías escuchar todo lo que tengo que decir y nunca estar en desacuerdo, nunca, nunca, por el bien de tu vida de lobo?

La cara de Scott no cambió. —No he terminado. —Afirmó antes de marcharse, muy probablemente siguiendo a Jackson.

Stiles suspiró. —No has terminado. —Murmuró antes de que su espalda se estrellara contra las taquillas.

—¿Cuándo ha terminado Scott McCall? —preguntó Adrian a su lado, usando la mano para apoyarse en las taquillas. Tan pronto como oyó un gruñido bajo de Scott, suspiró—. Vaya, esto va a estar bueno.
















Adrian echó la cabeza hacia atrás mientras Lydia lo arrastraba por innumerables tiendas de ropa, Allison reía a su lado. Debido a su disponibilidad ese fatídico día, Lydia le exigió que la acompañara junto a la morena alta; que ayudara en la compra de vestidos.

—¡Lydia, sólo tengo dos brazos! —enfatizó el joven mientras se esforzaba por sostener el montón de vestidos que se amontonaban en sus manos, todos lanzados por su hermana.

La culpable canturreaba, sin escuchar realmente mientras lanzaba otro a la pila. Adrian lo agarro justo antes de que cayera al suelo, frunciendo los labios mientras sacudía la cabeza con irritación.

—Oye, Adrian, creo que he visto algunos trajes ahí detrás. Ahora sería el momento perfecto para recoger algo —Allison aconsejó, su selección de vestidos colgando de su brazo.

—Oh, no voy a ir —Adrian negó con la cabeza, sus palabras dichas como si fuera obvio.

Allison parecía sorprendida por la respuesta del pelirrojo, pero Lydia Martin la tenía ganada. —¡¿Qué?! —Gritó -probablemente más fuerte de lo necesario- mientras se daba la vuelta—. Pero creí que le habías preguntado a St...

—¡Stella! Le pregunté a Stella! —se apresuró a interrumpir Adrian, con los ojos muy abiertos mientras le rogaba a su hermana que se callara—. Ella dijo que no, ¡así que no tengo cita!

—Oh. Bueno, estoy segura de que podemos arreglarte una cita con alguien —Allison sugirió esperanzada, mirando alrededor del lugar.

Adrian entró en pánico, sacudiendo la cabeza. —No creo que sea necesario. Yo sólo...

—¿Qué pasa con Stiles?

—¿Q-Qué? —El chico Martin chilló ante la pregunta de la morena, casi dejando caer todos los vestidos de Lydia.

DEAD MAN¹ ━━ stiles stilinskiWhere stories live. Discover now