｡･:*:･ﾟ★ DEAD MAN
❝así que, en otras palabras, ¿soy básicamente una versión mucho más oscura y destructiva de una bruja que arruina la vida?❞
DONDE la vida de adrian martin da un vuelco repentino cuando se ve envuelto en el inusual caos de scott y...
CAPÍTULO TRES. ¿crees que tu mejor amigo es un hombre lobo?
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TAL Y COMO DIJO QUE HARÍA, ADRIAN SE ENCONTRÓ DE PIE FRENTE A LA CASA DE LOS STILINSKI CON LA MANO RONDANDO EL TIMBRE DE LA PUERTA. El único coche aparcado en la entrada era el infaltable jeep de Stiles llamado Roscoe, lo que indicaba que su padre no estaba en casa.
Con un pesado suspiro, Adrian llamó al timbre de la casa y esperó pacientemente.
Sólo pasó un minuto antes de que se oyera el frenético golpeteo de unos pasos que corrían y la puerta se abriera de golpe. El niño Stilinski apareció mientras Adrian sonreía débilmente, siendo agitado frenéticamente hacia adelante. —¡Por fin! Pasa, pasa!
Stiles no esperó al chico Martin mientras corría escaleras arriba hacia su dormitorio, donde Adrian se sorprendió al encontrar múltiples libros, papeles y páginas web tirados desordenadamente por toda la habitación. Resultó ser una competencia con su habitación, pero Adrian tuvo que llevarse la victoria con ésta.
—Bien, ¿es ahora cuando me revelas que tienes una vida secreta vendiendo drogas y que las traficas con Scott para que ambos dejen de ser vistos como perdedores? —Respirando hondo, Adrien dejó caer su mochila sobre la cama de Stiles en la que se sentó.
Stiles, que estaba sentado en la silla de su escritorio, giró sobre sí mismo con cara de desconcierto, sacudiendo la cabeza con el rostro contraído. —¿Qué? ¡No!
—Bueno, a menos que los dos sean acompañantes masculinos, ¡me he quedado sin ideas! —Adrian medio bromeó, comprobando discretamente las expresiones faciales de Stiles en busca de cualquier signo de que pudiera tener razón.
—¡Esto es un asunto serio, amigo! ¡Algo le pasa a Scott y tú también te has dado cuenta! No puedo creer que te esté contando esta información. —El moreno refunfuñó mientras revolvía los papeles en una pila organizada junto a su escritorio.
—¿Entonces por qué lo haces? —preguntó Adrian de verdad, con una mirada sincera en los ojos mientras ladeaba la cabeza.
Stiles le lanzó de inmediato una mirada incrédula mientras agitaba los brazos espasmódicamente. —Bueno, ¡tenía que decírselo a alguien!
—¿De verdad? ¿Seguro que no es por mi apuesto aspecto lo que te ha convencido? —Exageró un movimiento de su pelo, cerrando los ojos como en cámara lenta.
Stiles se limitó a negar con la cabeza, soltando un pequeño bufido. —En tus sueños, hombre. —Murmuró algo más en voz baja, pero Adrian no tardó en preguntar antes de que Stiles empezara a explicarse—. Te acuerdas del cadáver del bosque, ¿verdad? ¿El que sólo encontraron la mitad?
—Obviamente. No es fácil olvidar la mitad de un cadáver, Stilinski. —El adolescente Martin se encogió de hombros, tumbándose aún más, las suaves sábanas azules de Stiles le reconfortaban.
