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XLVII

Esa mañana salieron de casa un poco antes de las nueve. Iba a ser un día movido para ambos, más que nada para Keiler que le tocaba, como primer actividad, ir a declarar. Luego debía cumplir con el control en el hospital y, por último, conseguir un psiquiatra.

Lo último sonaba tan sencillo que de verdad esperaba que fuera más complicado. De todo lo que debía hacer, el asunto del psiquiatra era lo que más inquieto lo tenía. No lograba sentirse a gusto con la decisión, pero también entendía que era obligatorio si pretendía que Andrei estuviera con él. Ahora le tocaba esforzarse y salir de su zona de confort.

Llegaron a fiscalía con tiempo de sobra, por lo que se acomodaron a esperar al llamado. Andrei suponía que algún fiscal provisorio o incluso un detective le tomaría la declaración a Keiler, teniendo en cuenta que él no podía hacerlo por estar directamente involucrado con el testigo.

Si hace unos meses atrás le hubieran dicho que estaría sentado junto a Keiler en la sala de espera de fiscalía, esperando a que llamaran al asesino a declarar para un caso en el que no era el responsable, se habría reído y hubiera pensado que esa persona se estaba burlando de él.

La vida está llena de sorpresas.

—Andrei.

Keiler se inclinó hacia él y habló bajito.

—¿Hm?

—¿Cuándo estarás a cargo otra vez?

—Después de que te tomen la declaración. No puedo hacerlo yo mismo porque estamos directamente involucrados, por eso lo hará alguien más.

—Es mejor. La verdad es que si lo hicieras tú no podría concentrarme —dijo sin ápice de broma. Andrei lo miró curioso —. Olvidaría la seriedad del asunto y me tiraría encima de ti.

—Gracioso. ¿Puedes tomártelo en serio? Esto es importante —regañó cruzado de brazos.

—Me lo estoy tomando en serio, por eso estoy aquí. Créeme, no me obligaría de ninguna forma a hacerlo, pero quiero que termine de una vez. ¿Después de esto mandarán al director a prisión?

—Eso depende del juez. Si todo sale como debería, no tendría que haber complicaciones en el juicio oral. Dictará la sentencia en base a la evidencia que conseguí y a las declaraciones de ustedes, que están directamente involucrados en el caso. Solo recuerda responder lo que te pregunten, ni más ni menos. Sé directo.

—Bien —asintió, respirando hondo —. Por cierto, tengo otra pregunta.

—Que valga la pena.

Keiler miró el perfil del fiscal, y sonrió un poco inquieto.

—¿Qué hay de mí? —inquirió. Andrei volteó a verlo, interrogante —. Ya sabes, yo como asesino. Quiero que me lo aclares.

—¿Te preocupa?

¿Le preocupaba? Un poco, a decir verdad. Antes no lo hacía porque pensaba como asesino, siempre tratando de salirse con la suya. Ahora las cosas habían cambiado, ya no podía pensar como el asesino que fue. Escapar no era una opción, no si quería tener una vida normal junto a Andrei. Tocaba elegir porque claramente no podía mantener su mundo oscuro y sanguinario por un lado y por otro el mundo tranquilo y civilizado en el que vivía Andrei, no podía mantenerlos a ambos porque eran opuestos. Andrei jamás lo permitiría. Y tampoco podía estar junto a él si terminaba en prisión, ¿cierto?

—Un poco —admitió —. Sé que debería pagar por ello, es lo que siempre dijiste. Durante un año lo intentaste, y aunque no entiendo el lado malo de ello solo sé que para cualquier otra persona simplemente está mal y debo pagar. Aun así no quiero. Ese mundo es todo lo que conozco, fui obligado a vivir allí, pero eso no significa que no pueda cambiar, ¿cierto? Lo haré por ti, y no quiero que sea en vano. Quiero que valga la pena porque no me gusta hacer las cosas sin razón, y si voy a prisión sentiré que hice todo ese esfuerzo por nada.

Malvado | BL © ✔️Where stories live. Discover now