8 | La noche es joven

13 2 30
                                    

8 | La noche es joven

Termino de pintar mis labios de rojo, le doy un último vistazo a mi delineado y recojo mi pequeño bolso, en donde guardo mi móvil, identificación y dinero.

A medida que voy bajando las escaleras, escucho las voces de mis padres en la planta baja. Sonrío ante la imagen que proyectan y me permito contemplarlos por unos segundos. 

Harold se encuentra en las piernas de mamá, que le habla con voz mimada, y papá se encuentra a su lado, que sonríe cuando su pequeño hijo realiza un bostezo.

Crecerá rodeado de amor. 

—Lucen como unos papás felices.—menciono cuando me acerco. 

Mamá alza la mirada y me sonríe con todo el amor que siempre me ha mostrado.

—¿A dónde te crees que vas luciendo tan bonita?—papá enarca una ceja y yo ruedo los ojos con diversión.

—Les mencioné en la cena que saldría.

—Y yo no recuerdo haber mencionado darte permiso.

Arqueo las cejas y él copia mi gesto, retándome.

—Déjala, pesado. Si se lo diste, incluso le dijiste que se llevara uno de los autos—recuerda mamá y luego me mira—. Conduce con cuidado, cielo. Luces hermosa.

Le planto un beso en la frente.

—Gracias, mamá.

También le deposito un corto beso a mi hermanito y sonrío cuando sus ojitos me enfocan con curiosidad. 

—¿Y para mí no hay beso en la frente?—cruza los brazos mi progenitor.

Le saco la lengua, burlona. 

—No, por pesado.

—¡Exijo respeto, Heather Alaia Bruna! 

Pero su sonrisa divertida y ojos brillosos me hace saber que le divierte hacerse el duro. Me resulta irónico que papá sea este hombre burlón y chismoso, pero en su trabajo es un muy serio y centrado comisionado.

Me acerco a él y beso su frente. Las comisuras de sus labios no tardan en alzarse.

—Ya es hora de irme. ¡Adiós!—les lanzo besos con mis manos y camino hacia la puerta.

—¡Diviértete!—exclaman al unísono, luego papá añade:—. ¡Cuídate mucho! ¡Nada de alcohol, drogas o sexo sin protección, y si un imbécil intenta sobrepasarse contigo dale una patada en las pelotas como premio! 

Suelto una carcajada, asintiendo con la cabeza como respuesta.

Envío un rápido mensaje al grupo de WhatsApp en donde les informo que ya iré al bar y Wendy me responde que con Ezra me espera y que Jazz está por llegar, quien, por cierto, también fue agregado al grupo tras compartir nuestros números telefónicos el día de ayer, sin embargo, muy poco habla con nosotros.

No veo el auto de la tía Chloe y deduzco que ya fue a disfrutar de su viernes con la abuela. Las dos se están quedando con nosotros por unos cuantos días, dispuestas a ayudar a mamá, debido a que aún no puede caminar con normalidad por el parto. 

Subo al auto deportivo color rojo y alrededor de unos quince minutos después, lo estoy estacionando junto a una hilera de automóviles. Recojo mi bolso y activo la alarma cuando salgo. 

El nombre del bar en luces neón es lo primero que alcanzo a ver y no pierdo tiempo en entrar al bar junto a un grupo de jóvenes.

Respiro hondo al ver que hay más personas de las que me imaginé, pero una mano que es agitada frenéticamente cerca del escenario llama mi atención. Reconozco a Wendy y no dudo en avanzar.

El poder de una sonrisaWhere stories live. Discover now