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Capítulo Tercero
-Tours y fiestas de té-
🌸

EL SOL DE LA MAÑANA encontró la manera de meter sus rayos despertadores a través de las cortinas en la habitación de ______. Ella abrió los ojos debido a la perturbación de su sueño, inicialmente frunciendo el ceño de manera automática al no reconocer dónde estaba, hasta que su mente le hizo un recuento de los acontecimientos del día anterior.

Se dio cuenta de que hasta el momento no había prestado atención a su nueva recámara, había estado tan cansada y abrumada de emociones que sólo había colapsado en la cama y dormido hasta el amanecer.

Notó rápidamente la razón de porqué el sol entraba con tanta facilidad, y era porque el material de las cortinas era tan fino que era fácilmente transparente y sólo cumplían como decoración. Desvió su mirada a las cobijas que aún cubrían la mitad de su cuerpo, eran blancas y simples con algunos dibujitos de flores. La cama era de metal, y tenía barandas del mismo material dobladas en un bonito diseño como cabecera. La habitación tenía un buen tamaño, no era ni demasiado grande ni demasiado pequeña, y además de la cama tenía apenas un armario vacío en el que podría guardar sus cosas. _____ sonrió ante el pensamiento de poder decorar su nuevo cuarto a su gusto, y comenzó en su cabeza a maquinar cómo lo haría.

Unos tres toques en su puerta la hicieron detener su pensar, por lo que la chica se alertó y abrió un poco los ojos al responder.

-¿Si?- cuestionó.

-_____, linda, soy yo- reconoció la voz de Miss Peregrine -Sólo quería ver si ya te habías levantado. Por favor vístete para que desayunemos todos juntos.

-Si, señorita, voy enseguida.- la joven se apresuró y terminó cayendo de su cama en el apuro, tomando la maleta que había traído consigo y sacando un vestido de la época con un listón de seda en la cintura.

Cuando estuvo lista, se dio una rápida mirada en el espejo y salió de su habitación.

-Buenos días- saludó con una sonrisa al llegar al comedor, la más radiante que pudo esbozar. Ya todos estaban sentados esperándola.

-Buenas tardes- murmuró Enoch alzando sus cejas, con las cuales era mucho más expresivo que con sus palabras. _____ frunció el ceño ¿se había demorado demasiado?

-No le hagas caso, ______- suspiró Miss Peregrine -Es bueno ver que tu humor está mucho mejor esta mañana, linda, siéntate.

-Puedes sentarte a mi lado, _____- ofreció Claire, sonriendo dulcemente y señalando al asiento vacío junto a ella. _____ obedeció y tomó asiento junto a la niña, aún con algo de timidez en sus acciones.

-¿Y como pasaste la noche, linda?- cuestionó la Ymbryne -¿Dormiste a gusto?

-Si, señorita, no había dormido tan bien en mucho tiempo- sonrió la menor, tomando un pan de una bandeja en el centro de la mesa y sirviéndolo en su plato.

-Me alegro. Después de desayunar quiero que me acompañes, me gustaría darte un pequeño recorrido.

-🌸-

Y tal como prometido, la señorita Peregrine hizo al lado un poco de su tiempo para mostrarle el bucle a la nueva integrante peculiar. Le enseñó la casa, a excepción de un cuarto con una puerta sellada que la mayor ni siquiera mencionó, por lo que _____ decidió que era mejor no preguntar qué o quién estaba allí. Le mostró los amplios y extensos jardines bien adornados y cuidados por Fiona, repletos de flores de miles de colores preciosos y únicos. Fiona también tenía un huerto impresionante, en el cual sembraba hortalizas de un tamaño exuberante, según la señorita Peregrine, esa era su tarea diaria, y tenía un tiempo específico para cumplirla.

-Notarás que todos aquí tienen sus tareas- explicaba la mayor mientras caminaba al lado de la joven _____ -Bronwyn se encarga de los trabajos pesados, Emma ayuda a la misma ardilla bebé a regresar a su árbol todos los días, Hugh se encarga de la miel de sus abejas, la cual es realmente exquisita, cuando la pruebes te fascinará.

-Todo es magnífico, señorita- suspiró _____ -Supongo que de ahora en adelante yo también debo tener una tarea ¿con qué cree que pueda contribuir?

-Sabía que me lo preguntarías- sonrió la Ymbryne con una sonrisa ladina y orgullosa -Pensaba en que pudieras ayudar a Fiona con sus plantas. Usualmente alguien debe encargarse de ir al río a traer agua para ellas, ya que hasta que llegaste siempre estaba soleado, pero contigo aquí podrías ser muy útil para el riego de todas las hortalizas y demás. ¿Te parece bien?

-Claro, señorita, es lo mínimo que puedo hacer por usted al dejar que me quede- asintió.

-Al contrario, lo mínimo que puedo hacer yo es protegerte. Para eso soy una Ymbryne, cuido de peculiares como tú y los demás.

-¡Señorita Peregrine, señorita Peregrine!- de repente una voz jovial e inocente se acercó corriendo al par. Los rizos rubios de Claire rebotaron con cada paso presuroso que daba para llegar hasta su mentora.

-¿Qué pasa, Claire?- cuestionó Miss Peregrine, entrecerrando un poco sus ojos bien delineados.

-¿Puedo jugar a las muñecas con _____?

-¿Ya terminaste tus tareas?

-¡Si señorita!

-¿Y ya le preguntaste a _____ si quiere jugar contigo?- volvió a cuestionar la mayor, una sonrisa juguetona en sus labios. Claire dirigió su mirada hacia la muchacha, muy ansiosa por la respuesta.

-Claro, me encantaría- sonrió _____, rindiéndose ante la ternura de la niña.

-Entonces no veo porqué no- rió la mujer de negro -Vayan a jugar.

Entonces Claire se fue corriendo, sosteniendo la mano de ____ en todo momento hasta que entraron a la casa, subieron las escaleras, y estuvieron en el cuarto de la menor. La habitación, como era posible predecir, estaba pintada de rosa pastel en todas las paredes y cornisas, con sábanas rosas en la cama y una casita de muñecas en una esquina del cuarto.

En menos de lo que _____ se pudo dar cuenta, ya tenía una tiara de plástico sobre su cabeza y usaba un tutú que le quedaba demasiado pequeño, mientras intentaba acomodarse en una diminuta sillita frente a una mesita igual de pequeña y se llevaba una tacita de té vacía a los labios.

-¿Cómo está él té, señora Plums?- cuestionó Claire con un intento de voz señorial, alzando su meñique al levantar su tacita de"té". Recogió sus rizos dorados y llevó la taza a la parte trasera de su cabeza, en donde su peculiaridad se encargó de imitar un sorbido.

-Absolutamente magnífico, duquesa de Gales- _____ le siguió el juego con una sonrisa, aún acostumbrándose al hecho de que Claire tenía una segunda boca.

De repente, los ojos de Claire se desviaron hacia la puerta de su cuarto que estaba abierta y daba al pasillo, por el cual pasaba Enoch, cargando varios frascos con lo que parecían ser corazones dentro. ______ le siguió la mirada, inmediatamente poniéndose nerviosa al verlo allí. Se preguntó si esos corazones eran reales, incluso debía admitir que se asustó un poco.

-¡Enoch!- Claire se levantó de su silla y corrió hasta él muchacho, quien la miró de reojo sin reflejar emoción alguna -_____ y yo estamos tomando el té ¿quieres jugar con nosotras?

Enoch le lanzó una mirada a _____, una muy seria y hasta malhumorada. Ella se ruborizó y bajó sus ojos al suelo, insegura de porqué los ojos de aquel muchacho le resultaban tan intrigantes.

-No tengo tiempo- dijo con brevedad, y no se limitó a escuchar más de lo que Claire tuviera que decir, pues se fue a su habitación y cerró la puerta con llave.

-Creo que no le agrado- sonrió _____ con un suspiro, tratando de bromear al respecto, aunque momentáneamente las nubes taparon el sol y evidenciaron su descontento.

-No te preocupes, Enoch es así con todos- concluyó Clair, sentándose de nuevo -Ya te acostumbrarás.

Pero ______ no quería acostumbrarse. Algo acerca de Enoch la llamaba a saber más de él, quería conocerlo, ganarse su confianza y volverse su amiga, pero para eso necesitaría la ayuda de la única persona que se llevaba mínimamente bien con el chico: Olive.

 𝙴𝚕 𝙷𝚘𝚐𝚊𝚛 𝚍𝚎 𝙼𝚒𝚜𝚜 𝙿𝚎𝚛𝚎𝚐𝚛𝚒𝚗𝚎 𝚙𝚊𝚛𝚊 𝙽𝚒ñ𝚘𝚜 𝙿𝚎𝚌𝚞𝚕𝚒𝚊𝚛𝚎𝚜 || 𝔈𝔫𝔬𝔠𝔥 𝔒'ℭ𝔬𝔫𝔫𝔬𝔯Onde as histórias ganham vida. Descobre agora