Capítulo 24

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En la mañana, al despertar, lo primero que vio el menor, fue una cabellera negra. Una de sus manos estaba siendo agarrada por otra, algo más pequeña que la suya, pero podía sentir la calidez y fuerza en ella. Estaba tibia y cuando quiso soltarse, sintió cómo apretaron la suya. Inevitablemente sonrió y decidió que así estaba bien.

Siguió mirando el lugar, dándose cuenta en dónde estaba. También vio a un castaño acostado en el pequeño sillón que había en la habitación, suponiendo que el peligro durmió en esa incomoda silla, aferrado a su mano, seguramente, pasándose de frío la noche anterior.

—Hey, Jimin —lo llamó, pero el mencionado seguía durmiendo—. Jimin. Oye, despierta.

Jimin escuchaba la voz del menor en sus sueños o eso pensó hasta que sintió dolor en su mejilla. Gritó de dolor cuando Jeon apretó con fuerza una de sus mejillas, riéndose por el rostro adormilado del mayor.

—Idiota —se quejó el mayor. Miró detenidamente al menor y suspiró aliviado al verlo mejor—. Debo suponer que ya estás mejor.

—Sí —sonrió el menor.

En cambio, Jimin miraba con culpabilidad al menor, tratando de desviar su mirada. Se sentía avergonzado y recordar lo ocurrido del día anterior, lo ponía furioso, con ganas de abandonar la habitación y dirigirse hacia el siguiente pasillo, entrar en el cuarto en donde se encontraba su hermanastro y romperle un par de costillas más, pero ahí estaba esa sonrisa de Jeon, aquella sonrisa que le gusta cada día más. Seguramente él sabía cómo se sentía exactamente en ese momento Park y le sonreía justamente para que dejara de culparse.

—Estoy bien, Jimin —cambió de lugar sus manos y esta vez fue él quien agarró la del mayor—. En serio, recuerdo todo lo ocurrido, pero no dejaré que me afecte más que las heridas físicas que me causó. No necesitaré de ningún psicólogo ni nada de eso.

—Puede ser, pero yo me sigo sintiendo culpable.

—Ambos tenemos la culpa. Recuerda que me acosté varias veces con él. No tienes totalmente la culpa, Jimin.

—Quisiera no recordar justamente en este momento el que te acostaste con él.

—Pero es algo que ocurrió y que, aunque quisiera borrar, no puedo.

—Supongo —bufó el mayor.

JungKook se fue levantando poco a poco, hasta sentarse en la camilla. Jimin arregló la cama para que quedara en mejor posición, dejando semi sentado la cama. El menor le sonrió en forma de agradecimiento y miró hacia TaeHyung.

— ¿Tanto le preocupé como para que pasara la noche aquí?

—Ni te hagas ilusiones —respondió Kim, quien había despertado hacia algunos minutos atrás—. Me quede por Jiminie, aún no eres tan importante para mí como para sacrificar mis horas de sueño.

—Sí, estaba preocupado por ti —mencionó el mayor, sonriendo por la actitud de su mejor amigo—. Tus padres dejaron ropa limpia para ti —señaló una mochila, junto al sillón—. También dejaron comida por si es que despertaba con hambre, pero no tengo hambre.

— ¿Ya me puedo ir?

—No, al menos no hasta el mediodía.

Miró el rostro del menor y por instinto, acercó su diestra a la mejilla de JungKook, acariciándola.

—Lo lamento.

—No sabías lo que él me quería hacer —el menor apoyó su mano sobre la de Park—. No eres un adivino como para saberlo. Seguramente pensaste quién sabe cuántas situaciones comprometedoras de él y yo ¿o me equivoco?

Alfas I (JiKook)Where stories live. Discover now