Amber Y Nelly

- AMBER - 5

17 años de edad.

Miro la carta de aceptación de la universidad mientras escucho a mi padre gritar de fondo.

Lo logre, logre que me aceptará en ambas universidades y podré ir a la misma que Luis para poder estar cerca de él de nuevo y cumplir con la promesa.

- ¡Vas a regresar a aquí! ¡No me hagas ir por ti Luis!

Le presto atención a la llamada de mi padre al escuchar el nombre de mi hermano.

- ¡Te quiero ahora mismo aquí!

Veo como el teléfono de la casa cae al suelo por la fuerza que mi padre usa para cortar la llamada.

- ¿Qué sucede, padre? - le pregunto interesada.

- Tu hermano, no he sabido de él en todo el día porque decidió hacerse novio de una niña tonta - gruñe - No venimos a México hacer eso, venimos a terminar uno de mis negocios, carajo.

Papá está muy enojado, su cara roja está por estallar.

Hemos estado en México un par de días, mi padre nos trajo para ver un negocio, se supone que Luis debe aprender algo, pero ha estado ausente.

- Es hombre - le digo - Los hombres necesitan ese tipo de diversión de vez en cuando... Tu mismo lo has dicho.

Y si tiene novia aquí es porque luis ha venido más veces en el último año

- Sí, pero no cuando necesito que esté aquí - gruñe caminando por la habitación - Necesitaba que estuviera presente, he sido muy flexible con él, incluso lo deje tomar ese maldito curso de idiomas en esta ciudad, mientras estuviéramos aquí, pero mientras más le permito, más desobedece.

Asiento de acuerdo, Luis cada día está más en contra de nuestros padres, pero supongo que es parte de su plan para librarse por completo.

- Oye Amber - de repente tengo su atención- No me has dicho si a casa ya llegaron las cartas de aceptación de la universidad, ¿no me lo estás ocultando?

Oh, me descubrió.

- He... Sí... Llegaron... Me aceptaron - le digo.

- ¿En serio?

- Sí.

- ¡Genial! Sabía que podías.

- Sí, gracias, padre...

- Me alegra que siguieras mi consejo. Que tu hermano estudie finanzas y tu administración, me ayudará de mucho con mis negocios.

Asiento y dejo que siga hablando hasta que se va para buscar a Luis y me deja ir a la habitación.

Bien, ya tengo tiempo libre.

- Hola - contesto la llamada que estaba esperando.

- Hola, ¿tus padres están cerca?

- Estoy sola en estos momentos, mi padre está furioso y fue a buscar a Luis - le cuento.

- ¿En serio? Bien, así te quita la vista un segundo... Sabes, te he extrañado mucho.

Sonrío ligeramente al escucharla. Es la voz que necesitaba escuchar, no la de mi padre.

- Solo no nos hemos visto unos días, no es para tanto - le digo.

- Para mí lo es... Realmente me gustaría tenerte cerca en estos momentos.

Puedo escuchar su voz cambiar, debo hacer que pare.

- Calma... - le pido - Deja de decir esas cosas.

- ¿Por qué? ¿Tú no extrañas los días de escondernos y besarnos?