Amber Y Nelly

- NELLY - 13

30 años.

Unas manos suaves acarician mi rostro mientras intento mantener la mirada al frente.

Su toque es suave, es con cariño, pero no es el toque de la persona que deseo.

- Dime, ¿cuántas veces has venido a mí después de una pelea con esa mujer? - la pregunta que menos espere llega.

Bajo la mirada a mi vaso de alcohol.

¿Qué es lo que estoy tomando? No me sabe a nada.

- Nelly, dilo - exige saber.

- No lo sé - murmuró.

- He ido y venido por ti, debería estar en otro país trabajando justo ahora, pero, estoy aquí por ti, sin embargo, ¿no puedes responder una simple pregunta?

Niego con la cabeza.

No puedo, porque no recuerdo cuántas veces ha pasado.

- Eres muy injusta - susurra - Me estás haciendo daño y lo peor de todo es que te estoy dejando hacerlo.

Termino mi trago y comienzo a pedir más.

- No, no más - me baja las manos - Nos iremos de aquí ya.

- No... No quiero... - miro directamente a Mia - Hoy no quiero sexo.

- ¿Y crees que yo sí? Imbécil, solo quiero salir de aquí.

- Ya dije que no.

- Mierda.

- Quiero seguir aquí, bebiendo.

La quito de encima de mí y hago que me traigan una bebida más.

Ya habrá tiempo de sentirme mal por ella, hoy me siento mal por mí.

Continúo bebiendo sin consciencia alguna. Hasta que no puedo más y las ganas de vomitar me invaden.

- ¿Por qué la dejaste llegar a este punto? - una voz furiosa grita cerca de mi oído.

- Esto no es culpa mía, así que cállate y ayúdame a sacarla de aquí.

Las voces son conocidas, pero no soy capaz de abrir los ojos para comprobar. Quiero vomitar.

- Vamos.

Quiero hablar necesito saber que sucede, pero todo se pone oscuro y pierdo la consciencia.

¿Esa voz era de Amber?

Un fuerte ruido alrededor me hace abrir los ojos exaltados. Mi cuerpo se levanta, pero en segundos me arrepiento por ese brusco movimiento, me invade el dolor.

- Oh, dios...

Agarro mi cabeza con fuerza cubriendo mis ojos.

¿Por qué me siento tan mal? ¿Dónde estoy? ¿Qué fue lo que sucedió?

- Despertaste - un gruñido me hace temblar.

Descubro mis ojos y volteo hacia el gruñido sintiendo que estoy por sufrir un paro cardíaco del susto que me dio.

- Am... ¿Amber?

Reconozco el lugar donde estoy, pero no creo en la persona que creo estar viendo.

¿Es una ilusión? ¿Sigo ebria?

- ¿Por qué tienes que llegar a este punto? - pregunta con total desprecio.

- Eh... Yo...

Miro al rededor, todo parece ser real, ¿pero ella lo es?

- ¡¿No vas a responder?! - su voz sale con más fuerza.

- Amber...

Amber comienza a caminar hacia mí con furia agarrando una almohada que estaba tirada y aventándomela en la cara.