Amber Y Nelly

- AMBER - 15

36 años.

Mis músculos se tensan, mis piernas tiemblan, mis dientes rechinan. Mi respiración no es lenta, es pesada y caliente. Tengo todos los mismos efectos que tuve en la noche, pero justo ahora no siento placer, solo miedo.

- ¿Mamá, es cierto que los abuelos están por llegar? - Jacobo baja de su habitación al escuchar que llego a casa - ¿Se enteró del divorcio?

- ¿Cómo sabes que vienen? - le pregunto sintiendo más que angustia.

- Escuche a uno de esos hombres - señala con la mirada hacia la entrada - El guardia de ahí no es muy discreto.

Maldita sea, ahora somos dos entrando en pánico.

- Lamentablemente, es cierto, ellos vendrán - trago saliva - Pero aún no sé la verdadera razón, tal vez sea el divorcio o que en verdad vienen por Lucía.

- Pero, ¿ella no está fuera de la ciudad? - me recuerda - ¿Qué pasa si ellos llegan antes que ella?

- Lo sé...- tomo mi celular - Debo traer aquí a Lucía, a como dé lugar.

Empiezo a llamar a Lucía sin parar, pero ella se toma la libertad de rechazar mis llamadas y después apagar el maldito celular, claramente, haciéndolo a propósito.

- Contesta - gruño caminando por la sala de estar.

- ¿Aún nada? - Jacobo vuelve después de retirarse por un tiempo.

- No - respondo soltando el celular - Intenta tú, por favor. Escríbele y dile que necesitamos que esté presente porque los abuelos aparecerán en cualquier momento.

- Sí.

Jacobo saca su celular y lo veo teclear.

- Listo, esperemos que responda - me dice intentando sonar calmado.

- Sí, pero en lo que eso sucede, debemos preparar todo para su llegada. Si ya tienen sospechas de algo, no le dejemos las cosas más fáciles.

- ¿Qué haremos?

Pongo a mi hijo a sacar falsas lecciones de estudio, información de algún curso al que pueda mentir que ha ido para que mi padre no le ponga atención a lo que ha estado haciendo aquí y después lo llevo al departamento que le dimos a Lucía, para llenar su despensa y poner cosas que los hagan creer que ella ha estado viviendo ahí desde que se le dio las llaves.

- ¿Lucía sabe que tienes las llaves de aquí y que puedes entrar y salir? - Jacobo pregunta.

- No recuerdo haberlo mencionado, ¿por qué?

Me mira negando con la cabeza y suspirando.

- Si no tuviera las llaves no podría hacer lo que estamos haciendo - murmuró - No pretendo simplemente llegar y hacer lo que desee.

- ¿En serio? - pregunta con cierto tono sarcástico.

- Jacobo...

- ¿Tú dónde estuviste antes de que llegaras a casa? - me pregunta de la nada.

- ¿Qué? - lo miro sorprendida él nunca me cuestiona esas cosas - ¿Por qué?

- Curiosidad - se alza de hombros.

Me quedo en silencio sin decirle nada. Acabamos lo que fuimos hacer y regresamos a casa en silencio.

- Ve a dormir, te avisaré si...

- Mamá, dime una cosa - Jacobo me interrumpe antes de que acabe de mandarlo a dormir.

- Dime - respondo.